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Sucesos

Dos mujeres ejecutan a su marido en Caracas

El homicidio de José Suniaga García, de 49 años, ocurrido el pasado 24 de febrero en la parroquia San Juan del municipio Libertador, Caracas, ha conmocionado a la comunidad. Seis personas están implicadas en este trágico suceso, donde la venganza y el abuso fueron el detonante de un acto de violencia planificado y ejecutado con frialdad.

Los Involucrados

El asesinato de Suniaga García no fue un acto impulsivo, sino el resultado de una cuidadosa planificación. María Castillo, de 29 años y actual pareja de la víctima, junto con Zulay Oropeza, de 43 años y expareja del fallecido, orquestaron el homicidio. Contaron con la ayuda de Samuel Castillo, de 31 años, y Sergio Perdomo, de 20 años, quienes eran cuñados de Suniaga García. La participación de estos hombres subraya la dimensión del complot, extendiendo la red de conspiración a varios miembros del entorno familiar.

Motivos de la Venganza

El reporte policial indica que las mujeres decidieron acabar con la vida de Suniaga García debido a los constantes abusos físicos y verbales que sufrían por parte de él. Tanto María como Zulay, quienes compartían la misma vivienda, soportaron un patrón de maltrato que las llevó a planificar la muerte de su agresor. Este motivo resalta la desesperación y el sufrimiento prolongado que las empujó a tomar una medida extrema.

Avance de la Investigación

Hasta el momento, cuatro personas están bajo custodia judicial en relación con el crimen. La policía continúa la búsqueda de dos individuos más, conocidos por los alias “Cachete” y “Ronny”, quienes fueron contratados para ejecutar el asesinato. Estos sicarios aún no han sido plenamente identificados, pero las confesiones de las mujeres han proporcionado pistas cruciales para su captura.

Impacto en la Comunidad

El asesinato ha dejado una profunda huella en la parroquia San Juan. Los vecinos, sorprendidos por la noticia, expresan sentimientos encontrados de horror y comprensión hacia las motivaciones detrás del crimen. Mientras algunos justifican la acción de las mujeres debido a los abusos sufridos, otros condenan la violencia como solución, señalando que existen mecanismos legales para denunciar y escapar de situaciones de maltrato.

El caso de José Suniaga García pone en relieve las complejas dinámicas de abuso y venganza que pueden desarrollarse en el ámbito doméstico. Es crucial que la sociedad y las autoridades refuercen los mecanismos de protección y apoyo para víctimas de violencia familiar, proporcionando alternativas seguras y efectivas antes de que situaciones tan extremas ocurran. La educación sobre los derechos y el acceso a recursos de ayuda deben ser priorizados para prevenir que el sufrimiento desemboque en actos de violencia irreparables.