Recientemente tuve oportunidad de ver The Gathering Storm (Richard Loncraine 2002), una cinta que reune a dos de los más importantes talentos del cine moderno, Albert Finney y Vanessa Redgrave.
La historia relata el corto pero más productivo momento en la vida de Winston Churchill, el controvertido personaje político que era tan impredescible que se cambió del partido Conservador al Liberal, sin problema alguno.
Entre los años 1919 y 1939, el líder político vivía momentos difíciles. Estaba practicamente en la bancarrota, sobrevivía con lo que le pagaban los diarios por sus contribuciones y su carrera política parecía haber entrado en barrena. La Cámara de los Comunes se vaciaba cada vez que Churchill tomaba la palabra y estuvo a punto de ser defenestrado mediante un voto de censura en el mismo Parlamento que tantas veces lo vitoreó.
Al otro lado está su mujer Clemmie (Clementine Churchill), personificado magistralmente por Redgrave. La señora Churchill ha estado casada por espacio de casi treinta años con el insoportable político, le ha dado cuatro hijos y lleva la casa de una manera impecable.
Wiston es glotón, bebedor y le gusta el derroche. Escribe desaforadamente, se sabe genial y es su intuición lo que le salva del olvido y lo pone en el primer plano de la política mundial.
Su olfato político le hace percibir que vienen días tormentosos con el ascenso de Hitler al poder, en Alemania.
Consigue una fuente de información extraordinaria y revela al mundo los planes militaristas de Alemania, pero no sin antes vivir días difíciles ante el Parlamento y ante el primer ministro, Stanley Baldwin (Derek Jacob).
Sus discursos belecistas que prevenían a Inglaterra sobre un inminente ataque de los alemanes son rechazados, pero cuando Churchill comienza a mostrar datos fuertes sobre el poderío de la Fuerza Aérea teutona y la debilidad de los ingleses, que habían propuesto y cumplido un tratado de desarme, luego de la Primera Guerra Mundial, la correlación de fuerzas cambia en el seno del Parlamento y en la opinión pública.
En el ínterin, Clemmie le anuncia a Churchill que desea hacer un viaje a Komodo, en el Archipiélago de Indonesia, para acompañar una expedición de multimillonarios que van en busca de aventuras y para atrapar un ejemplar del lagarto más grande del mundo, el Dragón de Komodo.
Churchill enfurece y su mujer también. Pelean y terminan reconciliándose en la alcoba. Finalmente, Clemmie se marcha y el líder político pasa cuatro meses de tortura, soledad y desasosiego.
Es la historia de un amor, una guerra y un genio.
Tips…………………….Tips……………………
Por todo el mes de noviembre y hasta finalizar el año Caracas bailará al ritmo de Melody Gaita, agrupación que por tradición ya forma parte de las navidades. La orquesta estará presentándose todos los viernes en la avenida Venezuela de El Rosal justamente en Juan Sebastian Bar….Mariem Velazco, actual representante de Venezuela en el Miss Internacional 2018, lucirá en Japón una creación original del diseñador Alejandro Fajardo, quien inspirado en la flor nacional venezolana ha elaborado un traje exclusivo para exaltar la silueta y la belleza de la joven reina….Tuve la oportunidad de asistir al “Teatro in residenza”, auspiciado por el embajador de Italia en Caracas, su excelencia Silvio Mignano, en el marco de la XVIII Semana de la Lengua Italiana en el mundo. Este acto me permitió presenciar una lectura de la obra Siete Minutos, del escritor contemporáneo Stefano Massini. La lectura dramatizada de once actrices venezolanas estuvo dirigida por la actriz y directora ítalo-venezolana Diana Volpe, en la residencia del embajador de Italia en Venezuela. El final es conmovedor porque recoge la intensa discusión de un grupo de obreras en torno a una antigua y prestigiosa empresa textil que es comprada por una multinacional.