Venezuela planea importar este mes más de 300.000 barriles por día (bpd) de productos derivados para aliviar el déficit interno de combustibles, causado por frecuentes fallas en la operación de las refinerías y la necesidad de priorizar exportaciones, según documentos internos vistos por Reuters.
El país con las reservas de crudo más grandes del mundo no ha podido este año producir suficiente combustible para satisfacer la demanda local y cumplir con los suministros a sus clientes, incluidos los contratos de petróleo a cambio de préstamos con Rusia y China, según los documentos.
De enero a noviembre, la petrolera estatal PDVSA importó 19.000 bpd de crudo principalmente para alimentar su refinería Isla, en Curazao, y 234.000 bpd de productos refinados, que incluyen nafta para diluir su producción de petróleo extrapesado, gasolina, y diesel para la generación de energía.
Los 253.000 bpd de importaciones totales en lo que va del año representan un máximo histórico y un incremento de 40 por ciento en comparación con los 180.250 bpd adquiridos el año pasado, según cifras internas de PDVSA analizadas.
Las compras, que se han incrementado a pesar de las restricciones de efectivo de PDVSA, se han negociado casi en su totalidad a través de intercambios con proveedores de combustible e intermediarios, que reciben crudo venezolano y combustible residual, según los datos, un empleado de PDVSA y negociantes involucrados en las transacciones.
“Desde febrero no hemos pagado un solo cargamento importado con efectivo. Estamos intercambiando el combustible importado por asfalto (venezolano), nafta virgen, gasolina natural, fueloil, crudo residual, lo que tengamos”, dijo el empleado de PDVSA, que pidió no ser identificado porque la información es privada.
De enero a agosto, el valor total de las compras sumó 3.150 millones de dólares. Los proveedores incluyeron una unidad de Reliance Industries de India, el brazo de refinación de PDVSA en los Estados Unidos, Citgo Petroleum, las petroleras rusas Lukoil y Rosneft, unidades de China National Petroleum Corp, y varias firmas de intermediación.
Refinerías al mínimo
A lo largo de este año, las refinerías venezolanas han operado a tasas históricamente bajas. Algunas de ellas se han detenido completamente por semanas debido a fallas técnicas, falta de inversión, programas de mantenimiento aplazados y un suministro insuficiente de crudo.
Isla, la refinería en Curazao utilizada por PDVSA como instalación auxiliar con capacidad para procesar 335.000 bpd de crudo, ha estado inactiva desde el segundo trimestre.
A principios de este mes, el complejo de refinación más grande de Venezuela y ubicado en el noroeste del país, Paraguaná, trabajó al 19 por ciento de su capacidad de 955.000 bpd, y la refinería más pequeña de Puerto La Cruz se detuvo por completo.
En medio de la grave recesión económica que vive Venezuela, la demanda de combustible interna ha disminuido a 325.000 bpd en los últimos meses, la mitad del volumen máximo registrado hace una década, según los documentos de PDVSA.
Pero aún en medio de un consumo reducido, PDVSA no ha podido alimentar toda la demanda de gasolineras, aeropuertos, centrales eléctricas y clientes industriales, lo que ha llevado a conductores a esperar por horas y hasta días para llenar sus tanques y a clientes a pelear por un cilindro de gas doméstico.
De enero a noviembre, PDVSA entregó 270.000 bpd de combustibles locales e importados al mercado doméstico, 17 por ciento por debajo de los niveles de demanda, según los documentos.
Fuente: Reuters