Tantas veces después de una ruptura se juega al todo o nada. Quisiéramos volver… o cerrar un capítulo definitivamente y no verlo (o verla) más. Incluso los terapeutas han aconsejado una distancia que propicie el duelo. Pero la tendencia parece estar cambiando.
Si bien un tiempo prudencial de corte parece ser sano, a largo plazo las cosas puede re ordenarse de otro modo.
Se ven en el mundo de las estrellas de cine (y el del común de los mortales) otros casos que ponen en jaque el modelo: amor romántico total vs. odio. Hay parejas del cine y la música que demuestran que es posible mantener excelentes relaciones con los ex e incluso una buena relación con la nueva pareja.
Entre estos triángulos especialmente bien encarados se destaca el formado por Gwyneth Paltrow (46), su nuevo marido, el guionista Brad Falchuk (47), y el ex, Chris Martin (41). Se llevan tan bien que el cantante los acompañó en su luna de miel. La pareja se casó el pasado septiembre y su viaje de novios a las Maldivas fue cosa de toda la familia. Paltrow y Falchuk no sólo esperaron a que sus pequeños (los dos que tiene ella con Martin y dos de él con Suzanne Bukinik) tuvieran vacaciones, sino a que la agenda del líder de Coldplay se despejara de compromisos.
“Disfrutamos de una gran luna de miel en familia durante las navidades. Estuvieron mi nuevo marido, sus hijos, mis hijos, mi ex marido, nuestros mejores amigos… Fue una luna de miel muy moderna”, explicaba la actriz.
Según el doctor Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo: “Es cierto que no todas las parejas terminan mal. Están los que pueden tomar la decisión a tiempo y acuerdan que a pesar de los dolores o desentendimientos lo más importante es la separación en paz. Tolerancia, madurez, cuidado personal y de los hijos, son factores que favorecen un corte sin estridencias dañinas”.
Ahora, ¿cuáles son los beneficios de tener una amistad con tu ex? Un estudio de la Universidad de Kansas (EE UU) presentado en la Asociación de Psicología Americana (APA) llegó a la conclusión de que “seguridad emocional” es una de las razones más importantes. No se hace fácil tener con cualquiera la misma confianza que has desarrollado por meses o años con una persona. En el segundo puesto está la “practicidad” (sobre todo cuando hay bi enes o hijos en común), la tercera es la “cortesía” (ambientes en común, grupos y actividades compartidas) y la última – y más peligrosa- ¡que conservemos esperanzas de volver! Claro que el amor es en sí misma una razón para seguir viendo a una persona que ha sido parte importante de nuestra historia.
Los caminos de Demi Moore (56) y Bruce Willis (63), por ejemplo, se separaron hace casi dos décadas, después de 13 años de matrimonio, pero ambos siguen siendo muy amigos, tanto que viven en el mismo edificio. La actriz participó en el casamiento de Willis y Emma Heming en el 2009 (acompañada de su entonces marido Ashton Kutcher). La expareja tiene tres hijas: Rumer (30), Scout (27) y Tallulah (24), que tienen una muy buena relación con las hijas de Willis y Heming, Mabel Ray (6) y Evelynn Penn (4), pese a la diferencia de edad.
Recientemente, Moore dijo: “Para aquellos que no me conocen, soy Demi Moore. Estuve casada con Bruce durante las tres primeras películas de Jungla de cristal. Lo que tiene sentido… porque las últimas dos fueron muy malas”, comentó entre risas, aunque aclaró: “Fue un gran amigo, un gran padre y fácilmente uno de mis tres mejores maridos”.
Separaciones en malos términos -con ofensas graves o violencia-, celos, posesividad, disputas por tenencia o dinero, arruinan la intención. Las parejas ya no soportan las crisis que perduran en el tiempo y dejan desgarros emocionales difíciles de curar. Según Guedín, “sólo los vínculos de codependencia, los que convierten la relación en un acuerdo inconsciente de posesión y sumisión, son los que tienen más problemas a la hora de decir basta. Los cambios en las relaciones amorosas en pos de la igualdad y de las libertades individuales, con mayor comunicación de las necesidades de cada uno, permiten vislumbrar con más rapidez cuando el vínculo no transita por el camino correcto”.
Es en este punto, donde la unión se cortó por común acuerdo, es cuando hay más posibilidades de mantener una buena relación con los o las ex. Desde el punto de vista emocional, llevarse bien con la ex pareja es vivido como un acto de crecimiento y madurez emocional. Por ejemplo: se recuerdan más los hechos positivos que los negativos. Las culpas y los autoreproches se desvanecen. Se mira el pasado con más comprensión y aceptación. Se puede dialogar y razonar acerca de lo que sucedió sin “tener la carta bajo la manga” de herir o sentirse herido.
“Aceptar la vida pasada del otro, compartir eventos con una nueva pareja, ayuda a evitar muchos conflictos, sumando libertad y más amor recíproco. Encontrarse en las reuniones, armar salidas juntos, asistir a fiestas de los hijos, son parte de un modelo que cada vez tiene más vigencia y aceptación”, agrega Ghedín. ¿El gran enemigo? “La presencia de celos es muy rechazada. Recordemos que generan una luz de alarma que nadie quiere mantener encendida. Las personas que son víctimas de la posesión celosa están más atentas y preparadas para decir ‘esto no lo quiero en mi vida'”.
Aceptar a las ex parejas ya es un gran paso a favor del amor. Favorece la estima personal (capacidad de madurez), el poder entender que hay cambios y etapas y, sobre todo, refuerza los acuerdos vinculares y las redes de confianza. Claro que, como es el caso de la actriz Angelina Jolie y Brad Pitt, algunos divorcios terminan muy mal. ¿Cuestión de tiempo?