En la zona centro-oeste del estado Vargas, el agua no solo se paga con dinero. También puede ser garantizada a través del trueque de alimentos, práctica que se ha masificado durante los últimos 15 días, ante la fuerte escasez de agua potable que registran zonas de las parroquias Catia La Mar, Urimare, Carlos Soublette, Maiquetía y La Guaira, donde se reportan sectores con lapsos entre 15 y 90 días sin recibir agua por tuberías.
“Las cisternas están muy caras, entre 50 y 80 mil bolívares por viaje. Por ello les pago a unos muchachos que llamamos pimpineros. Ellos buscan el agua en los puntos de llenado y las traen con carretillas. Cobran entre cinco y ocho mil el viaje y pues así uno soluciona mientras reúne el dinero para la cisterna. Cuando uno no tiene dinero pues ellos te reciben comida como forma de pago”, cuenta Maritza Guevara, vecina del sector Guaracarumbo, quien ya lleva 35 días sin recibir servicio de agua.
Entre los pimpineros hay ciertos acuerdos: un kilo o litro de cualquier producto se cambia por un envase de 25 o 30 litros de agua. Si se paga con transferencia cada envase cuesta seis mil, pero si s en efectivo cada uno se vende en dos mil. En un viaje los pimpineros llevan en sus carretillas dos o tres envases.
“Uno puede hacer hasta cinco viajes en un día. Todo depende de la cola para cargar agua y de la distancia del encargo. Por lo menos ahora estamos cargando agua en la entrada de Playa Grande o debajo del puente de La Lucha, entonces depende de la distancia uno le cobra a las personas. Como sabemos que el efectivo está escaso pues aceptamos que muchos nos paguen con comida, un kilo de cualquier producto que venden en la caja del Clap o también con verduras y vegetales, así uno resuelve la comida de uno y en la casa colabora, cuenta Gabriel, quien dejó el liceo y a los 15 años se ha dedicado a rebuscar su ingreso cargando pimpinas de agua ante la fuerte escasez que arropa a los varguenses.
“Las cisternas están muy caras, entre 50 y 80 mil bolívares por viaje. Por ello les pago a unos muchachos que llamamos pimpineros. Ellos buscan el agua en los puntos de llenado y las traen con carretillas. Cobran entre cinco y ocho mil el viaje y pues así uno soluciona mientras reúne el dinero para la cisterna. Cuando uno no tiene dinero pues ellos te reciben comida como forma de pago”, cuenta Maritza Guevara, vecina del sector Guaracarumbo, quien ya lleva 35 días sin recibir servicio de agua.
Entre los pimpineros hay ciertos acuerdos: un kilo o litro de cualquier producto se cambia por un envase de 25 o 30 litros de agua. Si se paga con transferencia cada envase cuesta seis mil, pero si s en efectivo cada uno se vende en dos mil. En un viaje los pimpineros llevan en sus carretillas dos o tres envases.
“Uno puede hacer hasta cinco viajes en un día. Todo depende de la cola para cargar agua y de la distancia del encargo. Por lo menos ahora estamos cargando agua en la entrada de Playa Grande o debajo del puente de La Lucha, entonces depende de la distancia uno le cobra a las personas. Como sabemos que el efectivo está escaso pues aceptamos que muchos nos paguen con comida, un kilo de cualquier producto que venden en la caja del Clap o también con verduras y vegetales, así uno resuelve la comida de uno y en la casa colabora, cuenta Gabriel, quien dejó el liceo y a los 15 años se ha dedicado a rebuscar su ingreso cargando pimpinas de agua ante la fuerte escasez que arropa a los varguenses.
Fuente: El Pitazo