Rubio, menos alto que sus predecesores y de aspecto más rudo, Daniel Craig parecía en un principio lejos de la imagen del legendario James Bond, pero ahora, que se dispone a protagonizar su quinto y último 007, cuenta con un respeto ganado a pulso.
Poco conocido entonces del gran público, este musculoso rubio de ojos azules y 1,78 m de estatura recibió duras críticas cuando en 2005 fue elegido para suceder al fino, moreno y ultraelegante Pierce Brosnan como sexta encarnación del famoso espía británico creado en los años 1950 por el escritor inglés Ian Fleming.
Pero cuatro películas después -“Casino Royale” (2006), “Quantum of Solace” (2008), “Skyfall” (2012) y “Spectre” (2015)- la mayoría de fans y críticos parecen coincidir en que enriqueció al personaje, dotándolo de una mezcla de rudeza y vulnerabilidad emocional.
El veterano actor Roger Moore, uno de los célebres intérpretes del agente de Su Majestad, llegó incluso a decir que Craig es “el mejor” de los 007.
“Lo he hecho lo mejor que he podido”, dijo el propio Craig, que ahora tiene 51 años, hace algún tiempo a la revista Esquire, antes de anunciar que su próxima película de la entrega, cuyo título y elenco serán desvelados este jueves, sería la última. “Lo que quiero es pasar a otra cosa”, dijo a finales de 2015.
Muestra de la importancia que ha tomado, Craig apareció en 2018 junto a los productores de la película para anunciar que este 25º James Bond no estaría finalmente dirigido por el veterano cineasta británico Danny Boyle, debido a “diferencias artística”, sino por el estadounidense Cary Fukunaga.
– Un hombre “discreto” –
Craig no se tomó nunca a la ligera este papel, que temía que impactara demasiado en su vida personal. “Era consciente de la pérdida de vida privada que iba a implicar, y me he mantenido lo más discreto que he podido”, confesó.
De hecho, su vida privada se mantiene relativamente en secreto. La prensa le atribuyó aventuras efímeras con la top model Kate Moss y con la actriz Sienna Miller antes de que se casara en segundas nupcias, en una ceremonia superprivada, con la actriz Rachel Weisz en 2011, con quien tuvo un hijo en 2018.
Craig nació el 2 de marzo de 1968 en Chester, en el noroeste de Inglaterra, pero pasó parte de su infancia en Liverpool. Su padre, empleado en la marina mercante y luego gerente de un pub, y su madre, profesora de arte, se divorciaron cuando él era niño.
Empezó a actuar en obras escolares con seis años y continuó durante su educación secundaria, antes de entrar a los 16 años en el National Youth Theatre de Londres.
Alternaba entonces sus trabajos de actor con empleos de camarero para sobrevivir y, tras varios intentos, logró ingresar en la prestigiosa Guildhall School of Music and Drama, donde se diplomó en 1991. Un año después se casaba con la actriz escocesa Fiona Loudon, con quien tuvo una hija antes de separarse.
– “Yo no soy James Bond” –
Entre otros papeles ha interpretado al escritor francés Saint-Exupéry en “Saint-Ex” (1997) y al amante del pintor Francis Bacon en “El amor es el demonio” (1998). Y actuó con Tom Hanks en “Camino a la perdición” (2002) de Sam Mendes y Angelina Jolie en “Lara Croft Tomb Raider” (2001).
Dio también vida a un traficante de cocaína en “Layer Cake” de Matthew Vaughn en 2005, año en que trabajó asimismo en “Munich” de Steven Spielberg.
Más dado a salir en vaqueros y camiseta para beber cervezas que a tomar Martinis vestido de smoking, una vez confesó: “Yo no soy James Bond”. “No soy especialmente valiente, y no tengo la cabeza particularmente fría”.
“El día que pueda entrar en un pub y alguien diga ‘mira, ahí está Daniel Craig’, y luego me deje tranquilo, será genial”, agregó. Pero antes, tendrá aún que ponerse en la piel del seductor espía para esta nueva entrega cuyo estreno está previsto en abril de 2020.
Fuente: AFP