El 11 de noviembre del año 2011, el careta venezolano Wilson Ramos, fue liberado de un secuestro que había sufrido dos días antes en la ciudad de Valencia, estado Carabobo. Desde entonces, lo recuerda como si fuera un cumpleaños.
“Fue como nacer de nuevo ese día”, dijo un aliviado Ramos a MLB pensando en el momento de la libertad. “Trato de disfrutar al máximo porque después de ese día todo es especial. Es un día maravilloso cuando volví a ver a mi familia”.
Para aquel entonces Wilson Ramos jugaba la temporada 2011-2012 con los Tigres de Aragua y era jugador de los Nacionales de Washington.
Después de ese episodio amargo, el catcher que hoy juega con los Mets de Nueva York, se tatuó un mensaje en su brazo:
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Ramos en su conversación con la prensa de la MLB aseguró con tranquilidad que Dios lo ayudó a salir de esa situación y que le dio una nueva oportunidad en la vida.
«Sé de muchos casos [de secuestro] en mi país en los que esas personas nunca vuelven a casa, nunca vuelven a ver a sus familias. Es por eso que digo que nací de nuevo, porque Dios me permitió salir de todo eso ileso y fue otra oportunidad en la vida».