El presidente del París Saint-Germain (PSG), Nasser Al Khelaifi, ha sido imputado por “corrupción activa” Según el diario Le Parisien, la imputación se asienta en pruebas de que Al Khelaifi “validó” un pago de 3,5 millones de dólares al que era presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) entre 1999 y 2015, el senegalés Lamine Diack.
El dirigente qatarí había declarado en marzo pasado ante el juez especializado en delincuencia financiera del Tribunal de París Renaud Van Ruymbeke, ante las sospechas de haber distribuido comisiones para lograr la organización en Doha de esa competición.
Además de estar al frente del equipo de fútbol de la capital francesa desde 2011, es también el presidente de la sociedad propietaria, Qatar Sport Investment (QSI), filial del fondo soberano de Catar. Y su hermano Khalid creó y dirige otra empresa con un negocio paralelo, Oryx Qatar Sport Investment.
Van Ruymbeke, que investigaba las ramificaciones financieras del escándalo de dopaje de atletas rusos, descubrió dos pagos efectuados en 2011 por Oryx por los citados 3,5 millones de dólares a una sociedad en Senegal, Pamodzi Sports Consulting, que pertenece a Papa Massata Dieck, hijo de Lamine Diack.
De acuerdo con sus conclusiones, ese dinero debía facilitar que los Mundiales de Atletismo de 2017 se celebraran en Doha. Pero la IAAF decidió que tendrían lugar en Londres. La capital catarí los acabó organizando dos años más tarde.
En declaraciones a Le Parisien, Francis Szpiner, abogado de Al Khelaifi, afirmó que su cliente en el momento de los hechos, en 2011, no tenía relación con Oryx QSI, de la que fue accionista entre 2013 y 2016, y que tampoco estuvo implicado en la candidatura de Doha para los Mundiales de Atletismo. Por tanto, “no pudo de ninguna manera estar implicado en la relación comercial” entre Oryx y Pamodzi, que actuaba por encargo de la compañía japonesa Dentsu para gestionar derechos de mercadotecnia de la IAAF.
Según su versión, del total de dinero pagado por Oryx, 1,9 millones de dólares fueron inmediatamente a Dentsu, 1,3 millones a la IAAF y los 300.000 dólares restantes correspondían a la comisión por el trabajo realizado por Pamodzi.
Además, el letrado considera que la justicia francesa no es competente para ocuparse de estas supuestas infracciones, que según su análisis en caso de haber existido habrían prescrito. Esta es la segunda vez que el presidente del PSG se ve relacionado con un asunto de corrupción, ya que en 2017 la justicia suiza abrió un procedimiento contra él y contra Jérôme Valcke, antiguo secretario general de la FIFA.
Se trataba en ese caso de una investigación sobre la atribución al grupo de televisión BeIN de los derechos de difusión en Asia de los Mundiales de Fútbol de 2026 y 2030.
Vía: Infobae