El drama venezolano mantiene a medio país sin luz y la otra mitad sin agua. Apagones constantes sacuden los hogares de millones de personas desde la región amazónica a la central y desde la frontera occidental a los límites con Guyana.
Unos padecen de una cosa y los otros de otra, pero todos viven un denominador común: los pésimos servicios públicos.
El gobierno giró instrucciones al ministro de Energía Eléctrica, Néstor Reverol, para que resuelva cuanto antes la situación que afecta con especial crudeza a los habitantes del estado Zulia y pero que afecta también al resto de la región occidental.
Reverol advirtió que los incesantes racionamientos eléctricos seguirán activos debido a la situación crítica que se vive a lo largo de todo el sistema de generación y distribución de energía eléctrica.
Particularmente delicada es la salud del Complejo Termoeléctrico G/J Rafael Urdaneta (Termozulia), cuya vida útil está en riesgo.
Reverol dijo que en los últimos acontecimientos “se presentó una situación sobrevenida en otra unidad del mismo complejo, donde la fuerza trabajadora de Corpoelec, realiza maniobras en tres turnos para garantizar en corto tiempo la operatividad del sistema”.