La economía de Venezuela sí se recuperará este año, aunque jamás con un crecimiento de dos dígitos, como apunta un informe de la firma Credit Suisse. Así lo considera un grupo de especialistas que, incluso, tachan el reporte como “inverosímil” y “exagerado”.
La compañía suiza de proyecciones y evaluaciones de riesgo financiero corrigió esta semana su predicción anterior sobre la economía venezolana, que apuntaba a un crecimiento anual de 4,5% de su Producto Interno Bruto, y la elevó hasta 20%. Esas cifras serían “de las más altas del mundo”, subrayó Credit Suisse.
Analistas de firmas locales son mucho más prudentes, empero. Giorgio Cunto, economista sénior de la consultora financiera Ecoanalítica, revela que sus pronósticos dan por sentado un crecimiento positivo, “por debajo de 10%”.
La proyección de la compañía venezolana habla, incluso, de un aumento del PIB de 5% anual hasta 2025. Será un comportamiento excepcional para un país cuya economía se contrajo entre 75 y 80 puntos en los últimos ocho años.
La economía venezolana experimenta “un rebote”, dice Cunto a la Voz de América, aunque siempre “sobre una base muy pequeña”. A su juicio, aún está “muy lejos” la posibilidad de que Venezuela alcance una tasa de crecimiento suficiente como para propiciar una recuperación sustancial de toda la economía.
Tomará “unas cuantas décadas” recuperar los niveles económicos previos a 2013, cuando Nicolás Maduro asumió la presidencia, calcula. No será sino hasta 2028 que retome su comportamiento económico previo a la pandemia, acota.
“Incluso, si Venezuela creciera al ritmo de otros milagros económicos, como el de Japón y Alemania post Segunda Guerra Mundial (1945), igual estamos hablando de dos décadas para llegar a niveles de lo que teníamos en 2013”, dice.
Según Credit Suisse, la recuperación venezolana llegará de la mano de su industria petrolera. Aún entre sanciones, el gobierno podría aumentar su producción diaria de crudo hasta en 100.000 o 120.000 adicionales, espera.
Cunto, por su parte, matiza advirtiendo que el sector petrolero encara aún “muchísimos obstáculos estructurales, temas logísticos” y gerenciales como para esperar que aumente tan optimistamente como lo dibuja la firma suiza.
“Si lo hace, seguirá siendo una fracción de lo que fue en el pasado. La economía no petrolera ha sido impulsada principalmente por un rebote en el consumo y en el sector comercial y de servicios, no tanto así en sectores que generan mayor valor agregado, como son la manufactura o la construcción”, comenta.
También, Credit Suisse hace hincapié en que el Estado venezolano recaudó cerca de 1.100 millones de dólares en ingresos fiscales entre enero y marzo pasados, una cifra 2,2 veces mayor que la registrada en ese período en 2021.
Cifras “descabelladas”
Los números de Credit Suisse son “inverosímiles” para Daniel Cadenas, economista y profesor de las universidades Metropolitana y Central de Venezuela. Son, a su entender, un número “monstruoso” imposible de cumplir en un país que no tiene actualmente capacidad tecnológica, servicios públicos de calidad, capital humano suficientemente calificado ni mercados eficientes.
Recuerda que la economía nacional creció a un ritmo “muy bajo” de 3% en lo que pudieran llamarse sus años dorados, entre 1960 y 2012. “Venezuela tiene una incapacidad crónica para, aún en los buenos tiempos, exhibir un crecimiento por encima del nivel”, comenta a la Voz de América.
La única vez que Venezuela experimentó un crecimiento similar al proyectado por Credit Suisse fue en 2004, luego del paro petrolero contra el gobierno de Hugo Chávez Frías.
Las cifras del PIB escalaron 18 puntos. “Venías de un paro donde llegó a cero la producción y la pudiste levantar rápidamente con muy poca inversión. No estamos en ese escenario. Tendrías que hacer nuevas inversiones y el efecto no sería tan rápido”, advierte Cadenas.
Considera que el reporte de la firma suiza contiene “un problema conceptual grave”: el efecto positivo que la industria petrolera dejó de tener en Venezuela.
Las cifras del Banco Central de Venezuela, afín al gobierno de Maduro, revelan que el PIB petrolero significa solo 12% de la actividad económica total.
“La única manera de suponer que creciera 20% es que el resto de la economía fuera arrastrada”, dice Cadenas, quien no ve posible un escenario como ese.
Esa hipótesis dependería del alza de la manufactura y la construcción, industrias que en Venezuela están “mermadas, casi en cero”, subraya.
De la mano del petróleo
Las estimaciones sobre Venezuela de la firma radicada en Zúrich, Suiza, responden a la elevación de precios del petróleo por la guerra en Ucrania y a la posibilidad real de un aumento en la producción de ese sector en el país, según el economista y profesor de la Universidad de Carabobo, Carlos Ñáñez.
Explica a VOA que la industria petrolera venezolana ha estado “postrada” en cifras promedio de producción de 550.000 barriles de crudo al día durante los últimos años debido a las sanciones extranjeras y a sus problemas internos.
Analistas advierten que el rubro petrolero ha venido en picada desde principios de siglo debido a la falta de mano de obra calificada, corrupción, expropiaciones y ausencia de mantenimiento de su infraestructura, entre otros inconvenientes.
La exportación de petróleo solía aportar hasta 95% del Producto Interno Bruto de Venezuela, incluso en los primeros años del gobierno de Nicolás Maduro.
Ñáñez estima que la producción petrolera pudiera elevarse entre 20 y 25% este año por la coyuntura de la invasión rusa a Ucrania y es allí donde radica la proyección de Credit Suisse. Voceros del gobierno estadounidense se reunieron en marzo con Maduro en Caracas para debatir la posibilidad de flexibilización de las sanciones con el fin de reactivar la colaboración energética y petrolera.
“Si esas cifras (de aumento) rondan entre 20 y 25%, estaríamos hablando de 750.000 barriles de petróleo, lo que incidiría directamente en el nivel de crecimiento económico. Esto no significa que toda la economía vaya a recuperarse en 20%, sino solamente el sector petrolero”, apunta el experto.
Ñáñez, profesor de política monetaria y economía internacional, subraya que esas proyecciones de Credit Suisse ocurren mientras el Estado permite que las compensaciones del sector público entren en una suerte de default, con sueldos, jubilaciones y pensiones “totalmente desconfiguradas del poder adquisitivo”.
La aplicación de un nuevo impuesto, que obliga a venezolanos que paguen con divisas o criptomonedas, aumentará la inflación desde marzo, advierte. “Esas apreciaciones de Credit Suisse hay que contextualizarlas en el manejo que ellos hacen de la producción petrolera”, no de la economía general, insiste.
Otro experto que duda de las proyecciones de Credit Suisse es José Guerra, economista, diputado opositor y miembro del Observatorio Venezolano de Finanzas. Para él, luce “exagerado” un pronóstico tan optimista, de 20%.
“La economía creció moderadamente en 2021, pero venimos de un nivel muy bajo, pues en 2020 la producción petrolera cayó de manera significativa. Decir que va a crecer 20% nos parece exagerado, sobre optimista”, dice a VOA.
Para él, no existe duda de que habrá crecimiento en la economía, probablemente alrededor de 8% en positivo, pero jamás a esos niveles.
Con información de VOA