Pasó otro Día Internacional del Trabajo sin que los trabajadores venezolanos tuvieran motivos para celebrar, según los testimonios obtenidos.
Las demandas laborales planteadas al Estado por diversos sectores desde hace varios años que, entre otras cosas, incluyen la exigencia de un “salario digno” que les permita cubrir sus necesidades más básicas, no han sido atendidas a pesar de las innumerables protestas.
“El sueldo miserable que ganamos, que no nos alcanza para mantener a nuestros hijos, ni para transporte nos alcanza”, expresó a la Voz de América Elimar Medina, trabajadora de un hospital en el oeste de Caracas, consultada sobre el motivo de su participación en una de las varias marchas registradas el domingo.
“Estamos viviendo situaciones muy graves”, dijo otro participante de la marcha, Edgar Machado, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros mientras caminaba y sostenía una bandera de Venezuela.
Meses atrás, las denuncias que evidenciaban la precariedad de los trabajadores que han perdido su calidad de vida en medio de la Emergencia Humanitaria Compleja acentuada por el COVID-19, causaron asombro en la comunidad internacional, que enérgicamente se movilizó en la búsqueda de una salida a la crisis venezolana.
Pero la sensación de indefensión, estancamiento, abandono y normalización de la crisis acompaña a los trabadores que, sin embargo, se muestran firmes en su lucha, como expuso Judith León, presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela.
“Los trabajadores estamos conscientes de que debemos seguir defendiendo nuestros derechos laborales, por supuesto, en el marco de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Debemos buscar soluciones”, dijo a la VOA.
En diversas y constantes protestas, sindicalistas y jubilados de distintos sectores han exigido que el salario mínimo vaya en consonancia con el artículo 91 de la Constitución, que establece que todo trabajador tiene derecho a un “salario suficiente que le permita cubrir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas, materiales, sociales e intelectuales”.
En el caso del gremio médico y de bioanalistas del sector público, León recordó que exigen un sueldo mínimo de 1.500 dólares mensuales.
El presidente Nicolás Maduro, que ha atribuido la crisis de los jubilados a las sanciones internacionales, anunció el domingo que entregarán “un bono único reparador, compensatorio” de 10.000 bolívares (lo que equivaldría a 2.227 dólares a tasa oficial del Banco Central de Venezuela) a quienes se jubilaron entre el 1 de enero del 2018 y el 1 de mayo del 2022.
“Este bono único será aportado en tres tramos y ya la vicepresidenta lo explicará con detalle”, dijo durante un acto.
Además, anunció creación de un Fondo Especial de Financiamientos de Proyectos con un aporte inicial de 100 millones de bolívares para trabajadores que “quieran iniciar proyectos”.
Sin ofrecer mayores detalles, también anunció la creación de un “banco digital” para los trabajadores, para “bancarizar” la clase obrera y depositar “los beneficios en petros (token creado por el gobierno)” para la “recuperación de la calidad de vida y de los ingresos de los trabajadores”.
En marzo, Maduro incrementó el salario mínimo al equivalente a poco más de 28 dólares mensuales, pero, ese mismo mes, la canasta básica familiar se ubicó en 471 dólares mensuales, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros.
Con información de VOA