Los presidentes, investigadores de centros de estudio y delegados de agencias gubernamentales y multilaterales convocaron el martes a los gobernantes y las sociedades de las Américas a facilitar la inserción social y económica de 6,2 millones de migrantes venezolanos.
Luis Almagro, secretario de la Organización de Estados Americanos, y los presidentes de Colombia y Ecuador, Iván Duque y Guillermo Lasso, participaron en un evento del Wilson Center, un foro no partidista en Washington, fundado por el Congreso de Estados Unidos para hallar “un camino a la autosuficiencia” en cuanto a la integración de los migrantes y refugiados venezolanos.
Presente en el Hotel Omni de Los Ángeles, California, Almagro advirtió que 6,2 millones de personas han abandonado Venezuela, “no por guerra, ni por desastres naturales”, sino por un “Estado criminal que ha desmantelado las instituciones”, en referencia al gobierno presidido por Nicolás Maduro.
Mencionó que ese éxodo es la crisis de migrantes más grande en la historia de Latinoamérica y la tercera de todo el mundo, y que es un número mayor a la población de países del continente como Panamá y Costa Rica.
También denunció que se trata del fenómeno migratorio “más subfinanciado” del mundo, con recursos equivalentes a solo el 10 % de los fondos totales donados para ayudar a los migrantes de Siria. Por ello, aplaudió los programas de inserción de venezolanos en países como Colombia y Ecuador.
Duque, en transmisión en línea desde Colombia, llamó a sus homólogos de las Américas a dar protección e insertar en sus sociedades y economías a los migrantes venezolanos, que, a su juicio, huyen de una “brutal dictadura”.
En fluido inglés, Duque precisó que su gobierno completará en las próximas semanas la inclusión de 1,8 millones de venezolanos en su programa de Permisos por Protección Temporal (PPT): un millón de ellos ya cuenta con su tarjeta para este fin, mientras que otros 800.000 ya han registrado.
Apuntó que ese tipo de políticas “no son populares”, pero sí necesarias y exhortó a todo el hemisferio a adoptar “una política fraternal” con el migrante.
“Necesitamos hacer coincidir las promesas con las respuestas”, expresó, poco después de criticar que la crisis migratoria venezolana haya recibido poco menos de 3.000 dólares per cápita cuando otros fenómenos similares reciben el doble.
Recomendó a la comunidad internacional coordinar “una política general” que aborde la magnitud de la migración venezolana en la región sin perder el foco en lo que llamó “microproyectos” de muchas organizaciones y agencias de ayuda.
Duque aconsejó asimismo a los gobiernos americanos que no esperen “a que venga el dinero” para dar respuestas humanitarias e insertar social y económicamente a los migrantes venezolanos en sus sociedades.
“Tenemos que hacerlo con nuestros propios recursos tan bien como podamos”, añadió.
Motor de crecimiento
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, también acudió al evento en Los Ángeles, aprovechando su presencia en esa ciudad para participar en la IX Cumbre de las Américas, organizada por el gobierno de Estados Unidos.
El mandatario aseguró que su nación brinda atención a migrantes y refugiados “de manera oportuna e integral” e invitó a la comunidad internacional a trabajar “en conjunto” por el bienestar de esa población movilizada.
Silvia Espíndola, viceministra de movilidad humana del gobierno de Ecuador, destacó que el presidente Lasso anunció la semana pasada un decreto para el proceso de regularización del medio millón de venezolanos que han llegado a su país, que incluye su integración social y económica.
Según la funcionaria, 80 millones de dólares del presupuesto nacional se dedicarán este año a programas sociales para los venezolanos en Ecuador, que representan ya el 2% de la población total de ese país suramericano.
“Los migrantes regularizados contribuyen al crecimmiento del país”, aseguró, antes de prever que esa población movilizada desde Venezuela podría tener un impacto positivo sobre 1,5% del producto interno bruto de Ecuador.
El evento también contó con la participación de representantes del sector privado, que hicieron votos por facilitar las oportunidades laborales de los migrantes venezolanos, especialmente de los jóvenes y las mujeres.
Eduardo Stein, representante especial conjunto para los refugiados y migrantes venezolanos de ACNUR y OIM (Naciones Unidas), consideró que los esfuerzos de gobiernos anfitriones son “el mayor ejemplo” de cómo transformar una crisis de tal magnitud en una “visión estratégica y precisa” de cómo responder a ella.
El vocero de las agencias para refugiados y migrantes de la ONU convidó a los actores gubernamentales y sociales de América a lograr no solo la inserción económica de los venezolanos, sino alcanzar su “integración humana”.
Aplaudió además las “vías de cooperación” que hallaron los gobiernos regionales para atender a la población desplazada de Venezuela en el contexto de pandemia por el COVID-19. “Es uno de los mejores ejemplos”, apuntó.
Los casi siete millones de venezolanos movilizados de su nación hacia otros países de América y del resto del mundo pueden convertirse en “un motor para crecimiento” de las sociedades y las economías regionales, según Marcela Escobari, administradora asistente del buró para Latinoamérica y el Caribe de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
“Tenemos una ventana de oportunidad muy corta para dar una respuesta audaz” a la crisis migratoria venezolana, consideró la funcionaria durante su intervención en el evento, copatrocionado por la Fundación Conrad H. Hilton y el Instituto de Políticas sobre Migración, MPI por sus siglas en inglés.
Con información de VOA