En diciembre de 2021, apenas tres meses después del regreso a clases presenciales en Venezuela, Shairi Arredondo, de 34 años, presenció una escena atípica en un acto escolar de su hijo, Dante Kaled de siete años: su maestra lo tenía apartado del resto de sus compañeros y le llamaba la atención frecuentemente.
“Él tenía un comportamiento raro y sinceramente supe, no sé cómo ni por qué, que algo pasaba”, recuerda la mujer en entrevista con la Voz de América.
Días después de aquella escena, Arredondo comenzó a notar otras alertas, por ejemplo, el poco entusiasmo del pequeño para ir al colegio. Tiempo después, el mismo niño le confesó que su maestra “lo trataba mal todo el tiempo”.
Shairi cuenta que investigó con otros padres y representantes al respecto y luego de corroborar que lo que decía su hijo era cierto, y que el maltrato era frecuente, decidió acudir al colegio y exponer la situación.
“Le pregunté a la maestra por qué nunca me llamó para alertar que se estaba portando mal, antes de dejar al niño sin recreo o apartarlo del resto (..) No recibí ningún tipo de apoyo del colegio, me dijeron que ella era la maestra más dulce”, sostiene Arredondo. Ante la falta de apoyo de la institución y dado el persistente maltrato al menor, esta madre decidió cambiar de colegio al pequeño.
Proyecto de ley para prevenir el acoso escolar en Venezuela
En Venezuela el tema del acoso escolar ha tomado gran relevancia, especialmente luego de que el Ministerio Público anunciara que envió a la Asamblea Nacional un proyecto de ley llamado Ley para Prevenir, Sancionar y Atender el Acoso Escolar hacia Niños, Niñas y Adolescentes. En lo que va de año, se han registrado al menos 74 casos de acoso escolar y recientemente cinco adolescentes fueron imputados.
Estas medidas, aunque repudiadas por algunos sectores, han causado varias interrogantes, entre ellas qué trabajo se hace actualmente en colegios y liceos para prevenir el acoso y si una ley es realmente el método acertado para ponerle un alto a este tipo de agresión.
Red de escuelas Fe y Alegría trabaja en la prevención
En la red de escuelas Fe y Alegría, surgido en 1955 y que se define como un Movimiento de Educación Popular y Promoción Social, la prevención del acoso escolar no es un tema nuevo. De acuerdo con su coordinadora nacional de Ciudadanía, Yameli Martínez, por años se han mantenido trabajando para prevenir el acoso en las 177 escuelas que tiene en todo el territorio nacional.
Esta red de escuelas está hoy presente en 22 países de América Latina, África y Europa, entre ellos Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chad, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Italia, Guatemala, Haití, Honduras, Madagascar, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, de acuerdo a su sitio web.
Martínez detalla que en el último mes han intensificado este trabajo. En ese sentido, menciona que enviaron comunicados a todas sus escuelas con pautas y orientaciones de los pasos a seguir en caso de detectar un caso de acoso escolar.
Formar valores
La red de escuelas Fe y Alegría tiene establecido los pasos a seguir en caso de detectar un caso de acoso escolar: prevenir, intervenir y derivar.
“Nosotros tratamos de trabajar con los muchachos el tema de la prevención. Eso lo hacemos a través de la ejecución de proyectos de aulas y de las unidades de aprendizaje donde se trabaja la formación en valores”, agrega Martínez a la Voz de América.
En caso de que el docente esté involucrado en un caso de acoso escolar, como la situación que expuso Shairi Arredondo, la red de escuelas también tiene un plan de acción que consiste en llamar, levantar un acta y hacer seguimiento. De persistir la actitud del educador, manejan otras opciones legales como denunciarlo e incluso terminar con la relación laboral,
Martínez aclara que lo más importante siempre será que el niño o niña que sea acosado hable para así poder brindarle apoyo.
“El papel de los padres y representantes es muy importante. Porque ellos son quienes enseñan a sus hijos a expresarse, a decir lo que sienten. Dentro de toda esta campaña damos formación a padres y representantes. Porque ellos deben saber cuáles son las naciones establecidas en la escuela y los pasos que seguimos, les enseñamos que deben aprender a escuchar a sus hijos porque muchas veces llegan y manifiestan lo que siente y los padres hace caso omiso”
Sobre el proyecto de ley para prevenir estos casos, Martínez cree que lo primordial es capacitar y formar a los docentes y crear condiciones en las escuelas para que se desarrollen procesos educativos en un ambiente seguro, sano y protector y que indique cuáles son los pasos para seguir y las instancias a las cuales recurrir. Pide además que la ley sea coherente, pues desde la Fiscalía se ha expuesto el rostro de menores de edad en redes sociales para anunciar apertura de casos o imputaciones contra el acoso escolar, lo cual es ilegal según la legislación venezolana.
El respeto como base
En otras instituciones como el Colegio Integral El Ávila no se habla de prevenir el acoso, sino que se trabaja desde que el estudiante ingresa con 6-7 años en la importancia del respeto, el cual, de acuerdo con su director Carlos Cedeño, es uno de los valores fundamentales en la dinámica social.
“Cualquier alteración al respeto o falta en ese sentido es reportada y atendida por las maestras de manera que el niño entienda que en ese espacio no está permitido ese tipo de acciones. En el colegio no se permite el irrespeto hacia el otro”, dice Cedeño, quien además destaca la importancia de saber diferenciar un caso de acoso con eventos propios de los niños cuando están en plena formación.
“Las escuelas son espacio de socialización, donde los niños aprenden a hablar, a no gritar, a establecer diálogo, eso se aprende, los niños no vienen aprendidos con eso y es la escuela el espacio para fomentar ese aprendizaje y eso se diferencia de lo que es acoso. que es una conducta en contra de alguien de manera repetida e intencional, pero hay que saber diferenciar”.
Para Cedeño, el proyecto de ley para prevenir el acoso escolar es un tema delicado, puesto que solo busca acusar y buscar culpables. A su juicio, el Estado debería centrarse en la formación de los docentes para la detección y prevención de casos.
“El señor fiscal no tiene idea de cómo funcionan las escuelas (…) Todos debemos mejorar para prevenir el acoso, que es inaceptable, los maestros debemos aprender que no es una banalidad o algo superficial. Las escuelas tienen que darles la justa importancia a estos casos, hacer hincapié en el modelaje que tenemos de los adultos en la escuela y en la familia a la hora de manejar el respeto con el otro, porque el acoso es una consecuencia del irrespeto, sentencia.
Acerca del trabajo que debe hacerse en casa para detectar estos casos, la psicóloga infantil, Patty Weill, cree que es importante estar atento a las señales de cambio que pueda mostrar el niño. Afirma que, en caso de sufrir acoso, algunos menores suelen aislarse, bajar su rendimiento académico, mostrar sentimientos de tristeza o rabia.
“Es super importante la presencia. Estar muy presente en la vida de nuestros hijos hacer preguntas y si estás viendo algo atípico ir al colegio y hablar con los profesores porque ellos son los que ven el día a día en el colegio”, enfatiza la especialista.
Destaca además el trabajo que debe realizarse en torno también al niño acosador y no solo a la víctima. ¿Qué necesidad tiene una persona para acosar a otra? Nuestros hijos van a pedir conexión y amor de la manera más incómoda posible, así que es importante ver qué pasa con los niños que están haciendo daños a otros para llamar la atención, muchas veces estos niños son ignorados en casa”, resaltó.
En la red de escuela también están realizando mesas de trabajo en los salones, campañas en redes sociales, discusiones con especialistas de los Consejos de Educación, de la Defensoría del Pueblo y otros organismos.
Con información de VOA