Una mujer lleva 15 años controlando el VIH sin tomar medicamentos, un caso excepcional de curación funcional del SIDA.
El equipo del Hospital Clinic de Barcelona, España, anunció que la paciente, tras la supresión del tratamiento antirretroviral, tiene un control absoluto de la replicación del VIH, con carga viral indetectable y sin tomar fármacos contra el virus.
Los resultados de este trabajo serán dados a conocer en la 24ª edición de la Conferencia Internacional del Sida en Montreal, en Canadá, y se espera que ofrezcan a la comunidad científica un avance significativo en la búsqueda de la cura para esta enfermedad.
El caso de la denominada “paciente Barcelona”, se trata de una curación funcional, ya que la mujer sigue teniendo el virus, pero su sistema inmunitario puede controlar absolutamente la replicación 15 años después de haber dejado el tratamiento contra el SIDA, según el Hospital Clinic de Barcelona, a cargo del estudio.
El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es la forma más grave de la infección provocada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El tratamiento antirretroviral, el estándar para controlar la enfermedad, es efectivo para suprimir la replicación viral dentro del cuerpo y bloquea la transmisión a otras personas, con lo que el paciente logra un nivel tan reducido en sangre del VIH que pasa a ser indetectable en un análisis convencional. Pero el VIH persiste en reservorios, de manera que, si se suspende la terapia, tiene capacidad de replicarse y puede volver a atacar al paciente.
Josep Mallolas, director de la unidad de VIH del Hospital Clinic, destacó que el caso barcelonés “es excepcional, no solo porque hay muy pocas personas con control postratamiento a largo plazo (15 años), sino también por el mecanismo de control del VIH, diferente al descrito en pacientes ‘controladores de élite’ y otros casos documentados hasta ahora”.
“La cura funcional del VIH es un objetivo mucho más realista a mayor escala que la cura esterilizante, por eso es tan importante entender los mecanismos subyacentes”, añadió el médico infectólogo argentino Juan Ambrosioni, que integra el equipo médico del Hospital Clinic de Barcelona.
Hace más de 15 años, la paciente fue diagnosticada en el estadio de infección aguda por el VIH y fue incluida en un ensayo clínico con tratamiento antirretroviral durante 9 meses y diversas intervenciones inmunomoduladoras con la ciclosporina A, un inmunosupresor.
“La paciente no tenía factores genéticos clásicos asociados con el control del VIH, no era una controladora de élite de la enfermedad y aún más, presentó una primoinfección grave, algo que no es habitual tampoco en los controladores postratamiento“, señaló Josep M. Miró, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Clinic, jefe de grupo Sida e infección por VIH del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y profesor de Medicina de la Universidad de Barcelona.
Otros casos de curación están relacionados con el trasplante de médula ósea -Berlín y Londres- o con casos excepcionales que tienen virus defectuosos o factores genéticos asociados con una potente respuesta inmune al VIH de un tipo de linfocito, pacientes que se conocen por el nombre de “controladores de élite”.
En este sentido, “la paciente de Barcelona” no tiene factores genéticos clásicos asociados con el control de la enfermedad ni virus defectuosos, pues los investigadores aislaron muestras en laboratorio y comprobaron que su VIH tenía las condiciones para replicarse. Los investigadores también confirmaron que sus linfocitos T -agentes clave del sistema inmunitario- son susceptibles a la infección por el VIH, lo que sugiere que otras poblaciones celulares de la sangre bloqueaban la infección y podrían contribuir al control de la enfermedad.
El gran hallazgo de los investigadores radicó en caracterizar dos poblaciones de células que consiguen controlar el VIH: las células “natural killer” (NK), que forman parte del sistema inmune innato y constituyen la primera línea de defensa frente a diferentes patógenos, y los linfocitos T CD8+, que desempeñan un papel clave en la defensa de las células frente a virus y bacterias.
“Comparado con otras personas, la paciente tiene niveles muy altos de estas dos poblaciones que pueden estar bloqueando el virus y destruyendo células infectadas”, ha destacado la investigadora Núria Climent, investigadora del grupo Sida e infección por VIH del IDIBAPS.
El próximo objetivo es descifrar con todo detalle el modelo de éxito del sistema inmunológico de esta paciente, de la que no ha trascendido detalles por pedido expresa de la misma, para determinar si es posible replicarlo en otras presonas con VIH, lo que sería un paso de gigante en el control de la gran pandemia de la segunda mitad del siglo XX.
Con información de Infobae