Con casas vacías y calles despobladas, donde a ratos sorprende el ruido de alguna motocicleta, Montalbán, Venezuela, se sostiene por las remesas, luego que “la mitad del pueblo” migrara, según autoridades locales.
La crisis económica del país, las constantes fallas de servicios públicos y una plaga que acabó con prósperas plantaciones de cítricos, contribuyeron a la migración de miles en este pueblo agrícola, que se encuentra en el estado de Carabobo, en el centro del país.
Se unió, además, la falta de transporte público, que afecta a gran parte de Venezuela, que impidió a los locales trabajar en ciudades vecinas, como alternativa al desempleo en la zona.
El pueblo ha quedado “totalmente vacío (…) casas, quintas, apartamentos solos, abandonados, con todos los corotos (enseres) encima”, dice a la Voz de América Josefina Corrales, concejal de la localidad, que se pasea por la icónica Plaza de Bolívar mostrando la soledad de los alrededores.
“Hay más casas vacías que personas en el pueblo”, coincide Antonio Coromoto, de 72 años, cronista de Montalbán, que ha pasado la mayor parte de su vida en este pueblo fundado por españoles.
La concejal va señalando… “Esa era una heladería famosa de unos italianos, bueno, mas nunca abrió (…) esa era una tienda de café” que está cerrada. “Puedes ver que todo está cerrado, todos esos negocios se fueron a la quiebra”, lamenta.
En 2011 la población era de casi 25.000 personas, según estimó ese año el Censo Nacional. No hay una cifra actualizada, por lo que es difícil calcular con exactitud cuántas personas han migrado de este poblado de Venezuela.
Sin embargo, la concejal es tajante: “la mitad del pueblo se encuentra vacío”, repite una y otra vez.
Lo siente además en su casa… su familia se ha ido, incluido su hijo de 30 años, que emigró a España hace tres años.
La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR, calcula que más de seis millones de venezolanos han salido de su país, sumido en una profunda crisis económica y política.
Los migrantes sostienen el pueblo
En una de esas calles solitarias está la de Carmen Pinto, de 77 años, que vive con su esposo.
En la sala están fotos de sus hijos y nietos, recuerdo de una familia numerosa, que hoy está en Chile.
“Se fueron buscando la mejora porque aquí no se consigue nada, y si se consigue es inalcanzable, no hay con qué comprarlo”, dice esta mujer, mientras sostiene uno de los retratos.
“Gracias a ellos nosotros subsistimos”, agrega Carmen, antes de hacer una videollamada con una de sus nietas.
De hecho, la concejal asegura que “el pueblo se sostiene por los emigrantes”.
“La plata que entra al municipio es la plata de los extranjeros, de los que se han ido”, insiste.
Y explica que “las personas que han emigrado del municipio Montalbán, dicen, y es cierto, que desde afuera ellos pueden ser como una bombita de oxígeno para la familia”.
Es su caso, pues pudo comprar casa y moto gracias al dinero que envió su hijo desde España.
Según datos de la firma Ecoanalítica, los envíos de dinero que llegan a Venezuela desde el exterior representan el 6% del PIB, y pueden aumentar 25% este año, al pasar de 2.000 millones de dólares a 2.500 millones.
La consultora Anova Policy Research proyectó por su parte que 2,1 millones de hogares en Venezuela reciben remesas, lo que corresponde al 24,3% del país.
En un estudio publicado en su página web, la agencia detalló que el monto promedio mensual que recibieron los venezolanos en remesas en 2021 fue de 65,8 dólares.
Con información de VOA