A pocos días para el inicio del año escolar 2022-2023 en el territorio nacional, la situación en los planteles sigue siendo la misma de periodos anteriores e infraestructuras en pésimas condiciones.
La ausencia de servicios básicos y una casi nula conexión a internet, lo cual mantiene angustiados a los docentes y padres por la falta de edificaciones adecuadas para la enseñanza de los niños y jóvenes, Marianny Castellano / Víctor Federico González / Anggy Polanco / Susana Quijada / Jesús Quintero / Jeferson Sánchez – Corresponsalía lapatilla.com
A nivel nacional, Fundaredes estima que alrededor de 330 escuelas, 187 liceos bolivarianos, 361 escuelas estadales, para un total de 878 instituciones educativas, requieren ser atendidas y presentan grandes dificultades para la ejecución de labores de mantenimiento y recuperación de sus instalaciones.
Lapatilla.com desplegó a su equipo de corresponsales de seis estados de Venezuela para conocer la terrible situación que padecen las infraestructuras educativas y que, en muchos casos, pone en peligro la integridad física de estudiantes, docentes, obreros y personal administrativo.
Anzoátegui: La peor crisis que ha vivido el sector educativo
Según la presidenta del Sindicato Venezolano de Maestros del estado Anzoátegui (Sinvema), Mayra Marín, de 1.374 planteles públicos y privados que existen en la entidad, el 96% está en “malas condiciones”.
La dirigente sindical precisó que algunas instituciones públicas, incluso, tienen orden de desalojo por las deplorables condiciones en su infraestructura. Pese a este peligro inminente, el personal continúa asistiendo a las escuelas.
Dijo que el liceo José Celestino Herrera Hurtado, ubicado en El Tigre, así como las escuelas Simón Rodríguez en el municipio Independencia, y Domingo Maza Velásquez en el municipio Simón Bolívar, están a punto de colapsar.
“Todas tienes grietas, se están cayendo a pedazos. Hay informes de Protección Civil y Covinea que ordenan el desalojo”, expresó Marín.
También comentó que a esta lista de instituciones con graves deficiencias en su infraestructura, se debe incluir la escuela y liceo rural Cacique Cayaurima, que registra un problema de insalubridad por encontrarse situada justo al lado de un vertedero de basura.
“Si en esos lugares ocurre algo, Dios no quiera con estas condiciones climáticas que se están registrando, los responsables van a ser la ministra de Educación y el Gobernador de Anzoátegui que no se han dedicado a atender los planteles del estado”, sentenció Marín.
La educadora dijo que otras instituciones no cuentan con servicios básicos como agua y electricidad. Mencionó que en Barcelona, las escuelas 5 de Julio y Jesús María Bianco están en esa situación.
En el caso de la Unidad Educativa Nacional Eulalia Buroz, ubicada también en Barcelona, Marín agregó que aunque dispone de servicio eléctrico y agua de manera intermitente, actualmente presenta un desbordamiento de cloacas.
En Guanta, la sindicalista se refirió a la Unidad Educativa Manuel Reyes Bravo que no cuenta con energía eléctrica. “Allí se trabaja con la luz del día”. Explicó que este problema data desde hace dos años, cuando explotaron unos transformadores, y pese a las múltiples solicitudes que los educadores han realizado a los gobernantes, aún no reciben respuestas.
Por otra parte, se refirió al desmantelamiento que registran actualmente las Escuelas Técnicas Agropecuaria Robinsoniana, situadas en los municipios José Gregorio Monagas, Guanipa y Simón Rodríguez. En esta última, los niños reciben clases en el suelo.
“Estamos hablando como si hubo 50 años de pandemia y todo se destruyó. Estamos en la peor crisis que ha vivido el sector educativo”, dijo Marín.
La fuente señaló que la mayoría de las instituciones registran fallas en el mantenimiento, en dotación de materiales y deficiencias en los servicios públicos.
Apuntó que los trabajos de los entes gubernamentales solo se han limitado a pintar y desmalezar. Sin embargo, aseguró que muchos espacios educativos ni siquiera le han hecho este “cariñito”.
Por su parte, la presidenta de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación en Venezuela (Fenatev), Olivia Simoza, manifestó que las condiciones en los centros educativos del sur de Anzoátegui no están aptas para el retorno a clases.
Dijo que en su gran mayoría presentan problemas de infraestructura y de suministro de agua, así como la carencia de equipos tecnológicos para fortalecer las estrategias educativas.
Apuntó que en el municipio Simón Rodríguez, el liceo Pedro Briceño Méndez y la escuela Valle Guanipa registran graves problemas de filtraciones.
El gobernador de Kashama, Jesús Maita Aray, dijo que en la escuela de esa etnia kariña, no disponen del servicio hídrico, los sanitarios están en malas condiciones y no cuentan con material deportivo para recibir las clases de Educación Física. Resaltó que como parte del Programa de Alimentación Escolar, solo los abastecen con cereales y granos.
Guárico: Le hacen un “cariñito” solo a escuelas cercanas a la capital
A pesar de las constantes denuncias efectuadas por organizaciones del sector educativo y las acciones de calle para llamar la atención de las autoridades del estado Guárico, se siguen aplicando los “pañitos de agua tibia” en las fachadas de las escuelas de los principales municipios, dejando a un lado las parroquias más alejadas de la capital de la entidad.
“El problema de la infraestructura no es pintura. Allí debemos irnos más lejos, ¿cuántas de estas escuelas tienen problemas con las instalaciones eléctricas, con el servicio de luz, de agua? ¿Cuántas no han perdido las bombas de sus tanques subterráneos o siguen teniendo los problemas de internet? Y necesariamente hoy en día, que estamos en postpandemia, donde gran parte de la educación se está dando vía internet, necesitamos WiFi libre en las escuelas y no hay en casi ninguna”, apuntó Eleuterio de La Rosa, presidente del Colegio de Profesores de la región.
En cuanto a las escuelas rurales, de La Rosa dijo que en la actualidad cuentan con al menos un 50% de pupitres en mal estado, por lo que exhortó a la ministra de Educación del régimen a voltear la mirada y prestar también especial cuidado a estas comunidades.
“Vamos a citar, por ejemplo, la Escuela Básica de Corozal en el municipio Pedro Zaraza, la Escuela Técnica de San Francisco de Tiznados y la Escuela Técnica de Bersuga, que están prácticamente abandonadas, donde más nunca ni siquiera un cepillito se les pasó. Parte del techo se ha perdido, los pupitres se han perdido, los laboratorios no existen y mucho menos los servicios públicos”, precisó.
Las declaraciones del titular del Colegio de Profesores coinciden con la posición de los gremios educativos y docentes, que prefieren mantenerse en el anonimato por temor a perder sus puestos de trabajo. Las condiciones en los centros de enseñanza de Guárico no están dadas para el inicio del próximo año escolar y tomará tiempo devolverle el esplendor a las aulas que forman a los futuros profesionales de Venezuela.
Táchira: Las Bricomiles solo “maquillan” a los planteles
Pese a que el régimen chavista ha hecho mucha propaganda mediática para tratar de imponer una realidad que no existe en los planteles educativos del país, en Táchira más del 60% de las instituciones educativas, que cuentan con más de 50 años de fundados, presentan condiciones deplorables en su infraestructura.
Gran parte de los planteles de la región presentan deterioros de vieja data, debido a la falta de previsión y mantenimiento preventivo, dijo Gustavo Velasco, secretario del Colegio de Licenciados en Educación, seccional Táchira. “No hay peores condiciones para iniciar el periodo escolar como las de este año”, manifestó.
Detalló que algunos planteles no poseen baterías de baños, uno de los aspectos más importantes para albergar a niños en instituciones educativas.
En la Escuela Técnica Industrial, ubicada en San Cristóbal, llegaron las Bricomiles y “con mucha parafernalia, lo que hicieron fue cortar monte en la parte externa, dejando graves problemas de filtraciones, sin pintura y sin alumbrado en el interior de la sede”, explicó Velasco.
El estado de instalaciones educativas en sitios rurales es muy distinto a las de la capital tachirense, expuso el educador. Por ejemplo, la infraestructura en el liceo de Seboruco. Allí ocurrió la caída de una parte del techo de la institución. En Puerto Teteo en el municipio Fernández Feo, la escuela tiene el techo también inservible.
En los planteles donde hay una infraestructura con condiciones mínimas son aquellas donde los padres y representantes con dinero de sus propios bolsillos pagan el mantenimiento.
Markle García, coordinador del Observatorio de Educación de Fundaredes, calificó de total catástrofe la crisis que padece Venezuela en la estructura educativa, donde se lleva el proceso de enseñanza y aprendizaje en todos los niveles del sistema educativo venezolano.
García puntualizó que más del 50 % de las escuelas y liceos presentan fallas en el fluido eléctrico, filtraciones, grietas, problemas de alumbrado, fallas en la batería de baños, ausencia del servicio de agua potable y aguas servidas, carencias de pupitres, pintura e impermeabilización. Y muy pocas escuelas y liceos tienen servicio de internet y salas de computación que faciliten una educación adecuada a los estándares actuales.
Manifestó que ahora las Bricomiles pretenden quitarle responsabilidad a organismos del Estado que venían atendiendo el mantenimiento en las sedes educativas.
Ildemaro Useche, presidente de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), refirió que la estructura de las escuelas es el reflejo de la desatención del Estado, cuando son sedes que datan de más de 50 años.
Se les ha dejado de hacer reparaciones menores y algunas ni siquiera poseen comedores, salas de computación, salones múltiples, paredes, puertas, ventanas, por lo que adolecen de condiciones óptimas para el reinicio de las clases.
“Escuelas como la Wanda de Márquez, situada en San Cristóbal, está en condiciones inadecuadas para el inicio del año escolar. El Liceo Pedro María Morantes, la J.A Román Valecillos, el Liceo San Miguel, la Unidad Educativa Nacional de Carúpano en Lobatera, que tiene muchos años en condiciones deplorables y en completo hacinamiento para los estudiantes y docentes, no se le han hecho las reparaciones necesarias”, narró Useche.
Los rigores del tiempo y la desatención también se notan en la escuela Eloína Bonilla en Capacho, municipio Independencia, y en el Liceo Bolivariano Fernández Belardi en Seboruco, describió el presidente de la FVM.
Los maestros tienen que destinar de sus propios recursos para hacer reparaciones o mejoras, lo que describe la crisis educativa en la región, con un 75% de precariedad en la infraestructura y un 25% de las edificaciones que no se usan por presentar problemas de mayor gravedad, puntualizó el gremialista.
Aragua: Prevén retomar las clases online en algunas escuelas
En esta entidad existen 1.350 planteles educativos habilitados para el período escolar 2022-2023, pero tan solo alrededor de 80 instituciones (lo que equivale al 6% del total) han sido atendidas por las Bricomiles.
Así lo informó Richard Rivas, presidente del Colegio de Profesores del estado Aragua, quien afirmó que a pesar las circunstancias, los educadores tienen grandes expectativas para el inicio del año escolar, pues quieren “seguir trabajando por amor y vocación a la enseñanza y al aprendizaje”.
Sin embargo, aseguró que debido a las condiciones de las instituciones educativas, hay un ausentismo del 75% del personal obrero, alrededor del 70% de la plantilla de trabajadores del área administrativa y por encima del 50% de los docentes.
“El problema común para todas es el desmalezamiento que no se ha hecho. El 100% de las escuelas en Aragua no tienen suministro del agua potable, y eso limita para que se hagan los operativos de limpieza. A eso hay que agregarle que no tenemos la dotación de los materiales de limpieza, tales como cloro, desinfectantes, cepillos, coletos, haraganes, y la mayoría de los colegios tienen baños inservibles”, indicó Rivas.
De esta forma recibirán el nuevo período escolar más de 438.000 estudiantes, unos 32.000 docentes, alrededor de 8.000 obreros y más de 7.000 trabajadores del área administrativa, quienes dependen del Ministerio de Educación. También hay que contabilizar unos 8.000 maestros, 6.000 obreros y 5.000 trabajadores de la parte administrativa que pertenecen a la nómina de la Secretaría de Educación de la Gobernación de Aragua.
“No hay condiciones para el inicio escolar en la parte administrativa por las mismas limitaciones de infraestructura. Este hecho no es imputable al trabajador. La responsabilidad es del Estado que previamente debió haber hecho un plan de mantenimiento y recuperación de los planteles educativos”, señaló.
En aras de garantizar condiciones óptimas para la comunidad educativa, están contemplando que se trabaje a distancia en los sectores que se vieron recientemente afectados por las lluvias: la Colonia Tovar, las costas aragüeñas y el sur de Aragua.
Sucre: Colegios a “un temblor” de que se desplomen
Unos 1.370 planteles educativos existen en el estado Sucre, una entidad caracterizada por su vulnerabilidad, debido al alto riesgo sísmico. Esta particularidad ha tenido gran incidencia en el deterioro de las infraestructuras educativas, a lo que se añade la indiferencia del régimen que no invierte recursos para acondicionarlas o repararlas.
En la actualidad existen recintos educativos que están inhabilitados desde hace más de 25 años por presentar daños estructurales, provocados por movimientos telúricos. Un ejemplo de esto es el liceo Vicente de Sucre y Urbaneja en Cumaná.
De acuerdo con William Figueroa, secretario general de la Federación Venezolana de Maestros (FVM) en la región, el 80% de los colegios no están aptos para el nuevo año escolar 2022-2023. Detalló que los hurtos, las carencias en servicios públicos, la falta de dotación y el hacinamiento son condiciones que influyen negativamente en el regreso a clases de más de 230.000 estudiantes en Sucre, un número que ha disminuido a propósito de la migración en los últimos años. “Es una situación deprimente para el sector educativo”, dijo.
Según el gremialista, más del 90% no tienen filtro de agua ni comedor. En relación al Programa de Alimentación Escolar (PAE), sostuvo que el 50% de las escuelas no lo reciben, y en caso de que lo reciban, no ofrecen alimentos balanceados a los alumnos.
Figueroa lamentó que el Gobierno nacional no dote a los laboratorios ni a las áreas deportivas de los planteles en Sucre. Esto impide a los estudiantes de la región competir con los estándares internacionales.
Otro aspecto que ha incidido en las condiciones de las instituciones educativas es la temporada de lluvias en los últimos meses, que ha dejado secuelas en los municipios Montes, Sucre, Bermúdez, Ribero y Andrés Eloy Blanco. Tal es el caso de la escuela municipal Cruz Salmerón Acosta, ubicada en la población rural de Nurucual, en la cual un árbol cayó sobre el plantel y provocó destrozos en varios salones el pasado mes de julio.
Mérida: Escuelas rurales a la vieja usanza con pizarrón y tizas
El monte consume las áreas circundantes de los planteles de las zonas rurales y de difícil acceso del estado andino, donde los docentes hacen hasta lo imposible por cumplir con su labor de enseñar, a pesar de las pésimas condiciones de la infraestructura. Existen instituciones donde muchas veces pasan semanas sin servicio de agua potable y son constantes las fallas en la energía eléctrica.
Las Bricomiles brillan por su ausencia en núcleos escolares rurales del estado Mérida, mientras es más que evidente el abandono de las edificaciones educativas.
La educación en los municipios alejados de las zonas urbanas es completamente tradicional: con pizarra y tiza, y los niños se sientan en pupitres anticuados. Pasan los años y los gobernantes rojos ni se acuerdan de la existencia de estas escuelas.
La mayoría de los alumnos conocen ni siquiera una computadora, y mucho menos pueden realizar actividades asociadas con la tecnología. Los maestros se las ingenian para inventar actividades académicas relacionadas con la agricultura y la música.
En el Núcleo Escolar Rural NER 005 del estado Mérida, una fuente reveló que las famosas Bricomiles, a escasos días del reinicio de las actividades escolares, no han ejecutado las obras de rehabilitación necesarias para que los planteles estén aptos.
En otros municipios de la entidad, la precariedad en la que se encuentran los planteles rurales es muy similar. No hay las mínimas condiciones para el reinicio de actividades escolares en este nuevo período 2022-2023.
Paredes y techos agrietados, baños con pocetas destruidas, pasillos y aulas sin iluminación, son algunas de las deficiencias que presentan muchos colegios públicos en Mérida.
Con información de La Patilla