Veinte días han transcurrido desde que los gobiernos de Colombia y Venezuela oficializaron la reapertura de la frontera, tras permanecer siete años cerrada por decisión unilateral del vecino país.
Desde entonces, han sido varios los pasos que se han dado con miras a intentar reactivar algunos sectores que habían estado paralizados, pero también han surgido una serie de inconvenientes que han entorpecido este proceso.
El paso de carga pesada por la línea limítrofe que separa a ambos países marcó el cumplimiento de uno de los objetivos trazados para los primeros 100 días de gobierno de Gustavo Petro.
El pasado 26 de septiembre, los camiones transitaban por el Puente Internacional Simón Bolívar y otros por el Francisco de Paula Santander cargados con vasos plásticos, insumos médicos, aluminio y repuestos para vehículos.
El día del evento el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña Mendoza, manifestó que los beneficiados con esta apertura no solo eran los empresarios del comercio exterior, sino también los ciudadanos a ambos lados de la frontera.
A lo largo de estas tres semanas, según la Dian, Colombia ha vendido más de 160 toneladas de insumos representados en cajas de cartón, plástico, papel higiénico, e insumos para calzados, mientras que de Venezuela a Colombia el total de mercancía vendida está por el orden de las 400 toneladas, representadas en carbón mineral, material ferroso, bovinas y acero.
conversó con varios representantes de los sectores económicos, quienes ofrecieron detalles de lo alcanzado en las últimas semanas, donde poco más de 27 camiones de carga han podido hacer los procesos de aduanas para la nacionalización de productos en ambos países.
Luis Alberto Russián, presidente ejecutivo de la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana (Cavecol), indicó que el mismo 27 de septiembre “hubo fallas” en el sistema aduanero del vecino país, lo que dificultó el proceso y para el que se le buscó de inmediato una solución.
“Se identificó que el Acuerdo de Alcance Parcial de Naturaleza Comercial número 28, suscrito en noviembre de 2011 por los presidentes de ambos países, dejó de funcionar en el sistema.
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Se hicieron todas las gestiones y ya para el 30 de septiembre estaba solucionado, lo que permitió iniciar las operaciones de importación y exportación”, dijo Russián en conversación con este medio desde Caracas.
El episodio trajo un mal sabor entre los comerciantes, pues consideraban que las operaciones que se deberían realizar estaban “truncadas por el sistema”, esto llevó a que reinara el desconocimiento de cómo se hacían los procesos entre varios sectores.
“Esto nos ha llevado a liderar una jornada de capacitación y de comunicación entre los grupos económicos para que se conozca cómo es la tramitología en los términos aduaneros. La idea es que se sepan cuáles son los procesos y protocolos”, detalló el presidente de Cavecol.
Este medio conoció que a lo largo de este tiempo se han realizado varias reuniones y visitas de los operadores aduaneros para evaluar la situación y poder ir realizando los ajustes pertinentes.
Unos lunares
Empresarios consultados por este medio indicaron que ambos gobiernos, en el transcurso de estas negociaciones, han entendido que “el comercio formal lo hacen los empresarios” y que son quienes consiguen a los proveedores y a los clientes, por lo que es fundamental tenerlos presentes a lo largo de todas las conversaciones.
“Todavía estamos arrancando, pero en la actualidad las operaciones de exportación (proceso de nacionalización) de Venezuela a Colombia se demoran unos tres días en promedio, mientras que de Colombia a Venezuela se están tomando dos días, lo que nos indica que en el vecino país se deben mejorar los procesos”, dijo un empresario.
Otros de los inconvenientes que se han evidenciado en la reapertura es que la flota de transporte terrestre venezolana –que operaba desde de la frontera hacia el interior del vecino país– se redujo en los últimos años al no haber actividad y la que opera en la actualidad no tiene las condiciones de crédito para ser renovada, pues una vez que la mercancía colombiana llega a la frontera y pasa los controles de aduana esta debe ser trasladada a camiones con matrículas venezolanas para su posterior distribución.
“Uno de los temas importantes en este aspecto de transporte tiene relación con el seguro de responsabilidad civil y los seguros que acompañan el transporte de carga que se deben revisar para una movilización más segura”, dijo el empresario, al tiempo que añadió que también se han evidenciado casos en los que muchas compañías habilitadas desde hace 25 o 30 años para realizar este tipo de operaciones “no aparecen” en los registros y por lo tanto no están autorizados para realizar las exportaciones o importaciones.
Renegociación de acuerdo. En varios de los encuentros sostenidos entre los empresarios y los representantes de los gobiernos se ha planteado una discusión o renegociación del Acuerdo de Alcance Parcial de Naturaleza Comercial #28, sobre todo en lo relacionado con el contenido de la lista de preferencia, es decir, de los productos.
En la actualidad el acuerdo tiene unas “condiciones asimétricas”, es decir que una parte importante de los productos de la oferta exportable venezolana no goza de preferencias arancelarias para ingresar al mercado colombiano, mientras que los productos colombianos sí gozan de preferencias en Venezuela.
Las condiciones que se tenían cuando regía el acuerdo de la Comunidad Andina contemplaba una zona de libre comercio, donde todo el universo era cero, pero en la renegociación de 2011 se cambiaron algunas de las condiciones.
Un ejemplo se da con los productos derivados de los lácteos, como los quesos, estos alimentos de origen colombiano en el vecino país pagan cero, pero los lácteos venezolanos en Colombia pagan arancel.
Se conoció que existe una disposición del Gobierno de Colombia de poder evaluar el contenido de las listas y preferencias arancelarias para intentar que los comerciantes de ambos países puedan tener el máximo de beneficios de manera equilibrada en este proceso de restablecimiento de relaciones.
En varios de los encuentros sostenidos entre los sectores y los gobiernos se ha socializado información en materia arancelaria, con el objeto de identificar oportunidades y sensibilidades adecuadas a la realidad de comercio e inversión.
Un sector que está buscando impulsarse es el de los productos turísticos binacionales, dirigidos principalmente hacia el turismo ecológico y sustentable, así como el turismo multidestino.
Los empresarios y gremios ven “con normalidad” los diferentes episodios que se han estado presentando a lo largo de los últimos días, debido a las dinámicas propias de unas relaciones que estuvieron congeladas durante años; sin embargo, piden transparencia en los procesos y que las decisiones que se tomen se hagan de cara a ellos y teniéndolos siempre presentes.
¿Cómo va el inicio de los vuelos comerciales?
El reinicio de los vuelos comerciales, la reactivación del tránsito terrestre entre Colombia y Venezuela, aún no tiene una fecha establecida.
“Sabemos que se está tratando de acordar un tema de reciprocidad porque puede Colombia meter 14 líneas, mientras que Venezuela solo quiere una. En la actualidad hay una lucha de titanes porque Venezuela está empeñada en que Conviasa sea la que vuele de Bogotá a Caracas, con la intención de que Colombia pueda pedirle a Estados Unidos que flexibilice ciertas sanciones que existen sobre la aerolínea”, dijo uno de los empresarios.
En Colombia, por ejemplo, Wingo, la aerolínea que estaba lista para operar los primeros vuelos, está a la espera de la autorización de rigor por parte de las autoridades aeronáuticas. Igualmente Avianca, que venía trabajando en este proceso.
“El gobierno de Venezuela le ha solicitado a Wingo suspender el inicio de sus operaciones aéreas, las cuales estaban inicialmente programadas y autorizadas para el 4 de octubre. Según se nos ha comunicado, esta suspensión temporal es en espera de resolver asuntos entre los gobiernos de Colombia y Venezuela sobre las aerolíneas aprobadas para realizar los vuelos entre los dos países”, indicó Wingo en un comunicado.
Este medio conoció que el Gobierno colombiano está interesado en que la aerolínea Satena sea la que pueda realizar esas primeras conexiones entre Bogotá y Caracas, por lo que pidió un estudio de la flota y pilotos de la compañía.
El ministro de Transporte, Guillermo Reyes, ha dicho en varias entrevistas que el Gobierno de Venezuela puso como prioridad para los vuelos hacia Colombia a la aerolínea estatal, la cual se encuentra en la llamada lista Clinton. “Obviamente con todas las consecuencias que esto implica no pudimos aceptar esa aerolínea”, agregó el jefe de la cartera.
Los empresarios piden que se piense en el usuario, en el viajero. “No se está pensando en la mamá y el hijo que están separados y que quizás con esta oportunidad se podrían reencontrar y se quieren ver para Navidad. Tampoco se está pensando en los hoteleros, sobre todo en Venezuela que están desesperados porque lleguen los colombianos a visitarlos”, dijo el comerciante.
Con información de El Heraldo