Una realidad que arropa a las mujeres en el mundo: el cáncer de mama es el tipo más común, con más de 2,2 millones de casos en 2020, según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Cerca de una de cada 12 mujeres padecerán de cáncer de mama durante su vida, que es la principal causa de mortalidad en las mujeres”, señala la OMS. Sin embargo, el proceso de la enfermedad no viene solo cargado de cifras, cambios físicos, sometimiento a operaciones y quimioterapia. “En promedio, 75 por ciento de las mujeres con cáncer de mama lo enfrentan solas, pues son abandonadas por su pareja”, refiere la ginecóloga, especialista en fertilidad y presidenta de la Fundación Mujeres Rosa, Carmen Navarro.
La realidad que palpa Navarro desde la presidencia de la Fundación Mujeres Rosa es el abandono de la pareja, “ayudamos a muchas pacientes que se quedan solas en esta situación, y que deben sostener también a sus hijos”.
El cáncer de mama es uno de los más comunes y el que causa más muertes entre las mujeres venezolanas: unas 3.128 al año, según cita el estudio “Pronóstico de la mortalidad e incidencia del cáncer en Venezuela 2021”, elaborado por la Sociedad Anticancerosa de
“Cuando la pareja es diagnosticada con cáncer de mama, en el hombre influyen factores que pueden llevarlo a culminar la relación. Dos de ellos son: el concepto de la eterna juventud y considerar que debe rehacer su vida y, el segundo, la incapacidad de tomar las riendas de la familia y por ello prefieren hacerse a un lado”.
Otro factor que afecta la estabilidad de las parejas es el impacto en la sexualidad, porque de alguna manera, la mujer pierde un símbolo al ser sometida a una mastectomía o extirpación de la mama. Luego de esto, para algunos hombres es difícil tocarla, “aunque quieren apoyarlas en el proceso de la enfermedad no saben cómo hacerlo”, explica Navarro.
De allí, la importancia de que la pareja esté informada sobre los cambios físicos y emocionales, pues el efecto de la quimioterapia es fuerte. Se refleja, por ejemplo, en la pérdida del cabello, las uñas y, entre otros factores, la merma del deseo sexual.
“La quimioterapia mata las células, no discrimina si son buenas o malas. En el caso de la mujer, esto ocasiona el envejecimiento ovárico y, además, deja de producir estrógeno. Cuando esto ocurre, la paciente comienza a tener sequedad vaginal, sofocos, pierde la líbido y lógicamente disminuye el contacto sexual con su pareja”.
La población más propensa a sufrir cáncer de mama son las mujeres entre los 20 y 49 años. Es decir que, en plena edad productiva, tienen que sufrir una menopausia inducida por los efectos del tratamiento de quimioterapia. “Ante esto, el hombre no sabe cómo involucrarse y así comienza a verse afectada y la relación. Por ello, debe saber que esos cambios son reversibles y que, una vez superada la enfermedad, todo mejorará”, apunta Navarro.
Para Navarro, los pilares de una pareja son el sexo, la comunicación y tener proyectos en común. “Cuando una mujer se enferma éstos cambian por comprensión, cariño, compromiso y paciencia”.
Es importante que la pareja se involucre y esté informada sobre los cambios físicos y emocionales de la mujer con cáncer, así podrá comprender y formar parte del proceso de recuperación.