La muerte por encargo es lo que más cobra fuerza en el hecho de sangre que se registró, en la parte baja del elevado de La Quizanda, en Valencia.
Eran casi las 8:00 de la mañana. Edgar y Kenia acababan de dejar a sus hijos en un colegio en Santa Rosa y luego tomaron rumbo hacia la avenida Michelena. Cuando iban por la parte baja del elevado La Quizanda, justo antes del retorno frente al Inces, se detuvo un carro Orinoco, color blanco, sin placa que iba delante de ellos, contaron testigos.
Dos hombres, supuestamente con el rostro cubierto, bajaron del carro y sin mediar palabra dispararon contra Edgar, el conductor de un Toyota, Yaris. El vehículo era propiedad de su suegra, quien iba como copiloto y resultó ilesa. Los homicidas esperaron el momento preciso para atacar y que sus víctimas no tuvieran escapatoria. Además, habrían estudiando sus movimientos. Una mujer identificada como Kenia Roa, quien iba en la parte trasera resultó herida.
Roa y su esposo, a quien las autoridades identificaron como Edgar Javier Pino Vásquez, fueron llevados de emergencia a un centro asistencial cercano, pero no había nada que hacer por el hombre. Ya no tenía signos vitales. Su pareja habría sido intervenida, pues recibió un balazo en un brazo, que luego se alojó en la médula.
Poco después, funcionarios de la Estación Policial La Isabelica de la Policía de Carabobo tomaron el centro asistencial para evitar otro posible hecho violento. Otros emprendieron un operativo por varias zonas para intentar dar con los tiradores, pero no dio resultados.
Detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) colectaron evidencias y ya están trabajando en el caso para dar con los responsable del asesinato. Posiblemente se trate de un ajuste de cuentas, aunque no descartan ninguna otra hipótesis.
Con información de El Carabobeño