Este viernes 4 de noviembre se llevó a cabo en los espacios del Grupo Social Cesap el foro “Nuevos desafíos y brechas de género a los que se enfrenta la mujer rural de hoy”, para analizar el rol de la mujer rural en Venezuela y como parte de las celebraciones que por sus 30 años de labores está realizando Acción Campesina, ONG asociada del Grupo Social Cesap.
En el evento, se presentó a actualización del informe “Las mujeres rurales en Venezuela”, publicado en 2020 y realizado para la International Land Coalition, que elaboró Omaira Lozano, licenciada en Ciencias Agronómicas y especialista en desarrollo rural, que elabora un perfil de la mujer rural en Venezuela a través de las participantes en los programas de Acción Campesina, que el año pasado alcanzaron a 43.520 personas, de estas 26.639 mujeres y 16.881 hombres, indicó la nueva directora general de esta ONG, Nhelsyr González.
La actualización del estudio, que es pertinente tras la virtual culminación de la pandemia por Covid-19, se realizó en comunidades rurales de ocho estados, participantes en los programas de Acción Campesina, a través de grupos focales y visitas a estas comunidades, señaló Lozano al presentar los resultados actualizados sobre la situación de la mujer rural en Venezuela.
Mujer Rural en Venezuela: la productora invisibilizada
Los hallazgos de la actualización del estudio muestran que se mantiene la situación de invisibilización del rol productivo de la mujer rural en Venezuela, a pesar de que esta cumple una labor importante, y en muchos casos central, como productora de alimentos o de productos semielaborados o elaborados para el sostén familiar.
En cambio, indicó Lozano, la mujer rural en Venezuela sigue siendo vista fundamentalmente por su rol reproductivo, y además en el rol de ser las responsables del bienestar de todos los miembros de la familia.
Esto genera, señalaron tanto Lozano como González, que la vida de una mujer rural está marcada no solo por la precariedad, sino también por el agotamiento, pues a todos estos roles, en muchos casos, también deben sumarle el de buscar ahora el agua y la leña para cocinar, ante el colapso de los servicios públicos, lo que, a la vez, determina la baja producción y productividad tanto de sus huertos (mayoritariamente orientados al consumo familiar), como de sus emprendimientos, especialmente los que tienen que ver con la gastronomía.
Entorno de violencia y pobreza
Además, la directora de Acción Campesina destacó también que en las comunidades rurales, la violencia siempre es una amenaza para la mujer.
Cuatro de cada diez mujeres que participan en los proyectos de esta asociada del Grupo Social Cesap reciben maltratos verbales, una de cada cuatro ha sido amenazada con golpes,18% sienten miedo de sus parejas y 5% han sido golpeadas.
Además, carecen casi completamente de información sobre Salud Sexual y Reproductiva, la existencia de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y en general, en la pandemia, tampoco tienen dónde recurrir (ni saben donde hacerlo) si son víctimas de violencia basada en género, explicó González.
Por su parte, la presidenta del Grupo Social Cesap, Diana Vegas Castro, moderadora del evento, señaló que cuando se habla de “campesino”, la imagen social es la de un hombre; sin embargo, las mujeres son las principales productoras.
Igualmente, Lozano señaló que “la pobreza tiene capas: entre la pobreza urbana y la pobreza rural la segunda es mayor, y luego, están las madres solas de familias numerosas, y en mayor precariedad, aún, las mujeres indígenas”.
En el evento participaron también la socióloga Isabel Pereira, de Cedice-Libertad, quien explicó cómo las trabas legales inciden en la precariedad de la mujer rural, pues a pesar de ser productoras, están despojadas del patrimonio y del reconocimiento de su trabajo; y Xiomara García, coordinadora de la Universidad de Innovación Social Armando Janssens (UNISAJ) del Grupo Social Cesap, quien mostró las diversas formas de organización comunitaria que hacen vida en las comunidades rurales y cómo inciden en la vida diaria de estas.
El rol lupérquico, un nuevo hallazgo
Lozano también se refirió al reforzamiento de lo que en el estudio se denomina “Rol Lupérquico”, que también se ve en las ciudades: el rol de las abuelas como cuidadoras y productoras, una vez que los jóvenes han emigrado de Venezuela y han dejado sus hijos a cargo de adultos mayores.
Entre las mujeres rurales de más edad, este “rol lupérquico” (que alude a Luperca, la loba que crió a Rómulo y Remo, fundadores de Roma) se traslada a la producción, y añade una nueva carga a las que ya tienen, destacó la investigadora, quien señaló que es responsabilidad del Estado cuantificar cuál es el aporte que las mujeres rurales en Venezuela hacen al Producto Interno Bruto, entre otras consideraciones.
Como cierre del evento, intervinieron tres participantes en los programas de Acción Campesina: Dorkas Pablique (Altagracia de Orituco, Guárico); María Eugenia Palacios (Caucagua, Miranda) y Yurma Orellana (Aves del Paraíso, Guaicaipuro, Miranda), quienes destacaron como los programas de Acción Campesina, a través de los huertos familiares, han fomentado emprendimientos y formación en programas de Salud Sexual y Reproductiva.
Fundado en 1974, el Grupo Social Cesap acompaña a las comunidades más vulnerables con programas de formación, articulación y protección; y está compuesto por 19 asociadas con presencia en los 24 estados de Venezuela. Acción Campesina, asociada del Grupo Social Cesap, tiene a su vez presencia en 11 estados de Venezuela y fue fundada en 1992.
Nueva directora de Acción Campesina
El foro “Nuevos desafíos y brechas de género a los que se enfrenta la mujer rural de hoy” sirvió también como marco para que la dirección general de Acción Campesina pase de Manuel Gómez a Nhelsyr González. Manuel pasa a asumir otras responsabilidades dentro del Grupo Social Cesap, y mantiene su rol en las juntas directivas del GSC y la UNISAJ.