La selección española deseaba alcanzar su mejor versión frente a la sorpresiva selección marroquí, que volvió a demostrar sus armas. El marcador cerró (0-0), pero los “Leones del Atlas” fueron mucho más certeros que la “Furia Roja” desde los 11 metros.
Desde los primeros minutos, como es costumbre, España se adueñó del balón, pero Marruecos se plantó frente a su área con dos líneas muy ordenadas que cerraban todos los espacios para los volantes ibéricos.
Cada vez que tenían oportunidad, los extremos africanos Hakim Ziyech y Sofiane Boufal intentaban ganarle las espaldas a los laterales contrarios o plantearle duelos individuales para centrar luego la pelota a su espigado delantero, Youseff En-Nesyri. Así fue como provocaron un tiro libre cerca del arco español que Achraf Hakimi echó por arriba.
En algunos tramos, Marruecos tenía desatenciones defensivas. Una de ellas casi la capitalizó Marco Asensio, que estuvo a punto de robarle el esférico al distraído guardameta Yassine Bounou.
Con el pasar de los minutos, España mantenía la posesión, pero era cada vez más evidente su incomodidad en la cancha, que se le ponía cada vez más pequeña debido al orden táctico de Marruecos. Un disparo lejano del lateral izquierdo Nasser Mazraoui tuvo que ser detenido en dos tiempos por el portero Unai Simón.
Al borde del descanso, el conjunto africano se envalentonó y buscó otra vez el arco rival en una jugada colectiva que acabó con el centro templado de Boufal y el remate de cabeza del defensor Nayef Aguerd, proyectado al ataque. Fue la ocasión más clara de la primera mitad de un partido muy espeso para la estrategia del entrenador Luis Enrique.
El segundo tiempo arrancó con una España más punzante, decidida a sentenciar el destino del juego antes de una hipotética prórroga. Un tiro libre cobrado por Dani Olmo fue despejado por los puños de Bounou. Era el primer disparo dentro de los tres palos de los ibéricos.
Sobre el minuto 60, Luis Enrique dio ingreso a Álvaro Morata y Nico Williams para sumar poder de fuego ante el muro defensivo estructurado por el técnico marroquí, Walid Regraui, quien prácticamente renunció al contragolpe al apostar alargar el partido hasta la prórroga.
Williams empezó a encarar a sus marcadores y dejó un balón filtrado a un solitario Morata, quien disparó sin éxito y con muy poco ángulo de tiro. Sobre el descuento, un cabezazo de Morata tampoco desembocó en grito de gol. A balón parado, Dani Olmo buscó que Bounou diera un rebote favorable, pero este despejó hacia el córner.
El árbitro argentino Fernando Rapallini sentenció el final del tiempo regular y decretó la prórroga que tanto deseaba evitar España.
El director técnico español refrescó su banda izquierda con el ingreso de Ansu Fati y Alejandro Balde, quien se consiguió una buen posibilidad, despejada por Ziyech, quien defendía en el área como un defensa más.
Al cierre de la primera mitad de la prórroga, el delantero Walid Cheddira probó los reflejos de Unai Simón, que respondió milagrosamente con su pierna derecha.
La reposición de la prórroga transcurrió sin mayores contratiempos hasta el último minuto, cuando un disparo del recién ingresado, Pablo Sarabia, besó uno de los postes defendidos por Bounou.
Desde los 12 pasos, Marruecos demostró porqué esa siempre fue su apuesta y se consagró como la gran sorpresa de esta Copa del Mundo. Pablo Sarabia, Carlos Soler y Sergi Busquets, en teoría excelsos cobradores de penalti, fallaron uno tras otro ante los certeros despejes del guardameta Bounou, quien se erigió como el héroe de la noche. Por su parte, el talentoso Hakimi, engañó a Unai Simón con un disparo flojo al medio y consumó la clasificación a cuartos de final de la selección africana.
España, pese a otra generación llena de jóvenes estrellas, naufragó en esta gran cita mundialista. Por si fuera poco, ahora tambalea la posición de Luis Enrique en el banquillo.
Con información de La Patilla