En comercios del país se está registrando una nueva distorsión económica que muchos especialistas financieros atribuyen a que es producto de las fluctuaciones que ha tenido el tipo de cambio fijado por el Banco Central de Venezuela (BCV), y el paralelo desde que inició diciembre. Para los dueños de negocios y grandes proveedores, el bolívar está resultando ser una papa caliente en sus manos porque se está devaluando muy rápido y para “resguardarse” algunos imponen condiciones como: encarecer el precio de los productos si el cliente paga una suma alta en tarjeta de débito, o colocar una cifra límite en bolívares a recibir en cada caja.
“El punto está dañado” es también una frase recurrente que se escucha en algunos establecimientos comerciales de Barquisimeto y Cabudare. Lo hacen para obligar a las personas a pagar en dólares en efectivo. Hay algunos que prefieren recibir el pago en divisas electrónicas por Paypal, Bofa o Zelle, incluso criptomonedas, antes que tener al debilitado bolívar digital en sus cuentas bancarias. El economista, José Guerra, fundador del Observatorio Venezolano de Finanzas, explica que esto se está dando de manera generalizada en Venezuela porque el mercado en dólares es cada vez más informal.
“El BCV interviene las mesas de cambio en el sector financiero casi a diario. De hecho, ha vendido casi 4.000 millones de dólares en lo que va de año. Es una cifra respetable. El problema es que a pesar de ello la demanda que hay de dólares es muy alta, entonces la oferta de dólares del BCV no cubre la demanda que hay en el mercado. Aquellos que no consiguen dólares oficiales van al paralelo, donde también se registra escasez de divisas”, comunicó.
A modo de ejemplo, Guerra dice que está pasando con los dólares exactamente igual a lo que ocurría en 2017 cuando había un férreo control de precios de los productos de primera necesidad que escaseaban y se hacían grandes colas en los supermercados, creándose un mercado negro manejado por bachaqueros.
El economista, Hermes Pérez, profesor de la Universidad Metropolitana de Caracas (Unimet), atribuye esta distorsión económica a que el país está registrando niveles intermensuales de inflación muy elevados como no se habían registrado en los primeros nueve meses del año. Son niveles similares a los de 2019.
“Entre los primeros cuatro meses del año la inflación promedio estuvo alrededor de 3,9%, y a partir de mayo a octubre según cifras oficiales del BCV, la inflación pasó a casi 13%. Es decir, que los precios que venían desacelerándose, que habíamos salido de la hiperinflación, comenzaron a aumentar de manera vertiginosa a partir de mayo, y en el año se han triplicado. Entonces, en ese contexto las personas vuelven a tener un déja vu en lo que ha pasado”, manifestó.
Pérez comentó que desde 2018, cuando el Ejecutivo nacional derogó la Ley de Ilícitos Cambiarios y un año después cuando el BCV comenzó a inyectar dólares en las mesas de cambio para mantener un tipo de cambio anclado relativamente bajo, el 70% de las operaciones que se transaban en Venezuela se hacían en divisas. De hecho, desde enero 2021 cuando el presidente Nicolás Maduro autorizó las cuentas bancarias en divisas, más del 60% del dinero que custodiaban los bancos eran en dólares.
Ese monto bajó a 50% en el mes de marzo 2022, cuando el Gobierno impuso la Ley de Grandes Transacciones Financieras (IGTF), colocando un impuesto de 3% para aquellos pagos en dólares en efectivo que no pasen por el sistema bancario venezolano. Era una manera de incentivar el uso del bolívar en ese momento. Así como lo intentó en noviembre, aumentando las comisiones de la banca, que van del 3 a 3,8% si una persona tiene una cuenta custodia y pretende retirar dólares en efectivo.
“El salario mínimo que arrancó en marzo con el aumento oficial en 130 bolívares, al tipo de cambio eran aproximadamente 32 dólares, ahorita el salario mínimo está en siete dólares. Estamos hablando que ha perdido más del 70% de su capacidad. ¿Qué significa eso?, que el bolívar prácticamente como moneda ha perdido todas sus funciones: no la pueden utilizar como unidad de cuenta porque pierde valor muy rápido. Como unidad para hacer pagos tampoco porque ha perdido mucho su poder de compra y como medio para ahorrar, no puedes ahorrar en bolívares. Entonces las personas se protegen y buscan utilizar el dólar. Entonces, claro eso les pasa a los consumidores y eso le pasa a los comerciantes. Si alguien tiene bolívares se quema las manos por salir de ellos, porque en poco tiempo pierden capacidad de compra”, precisó.
Baja la oferta
Aarón Olmos, economista y profesor de posgrado del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), afirma que aunque el BCV ha intervenido 78 veces este año el mercado cambiario, la última vez el 16 de diciembre, las sumas en dólares que ha venido inyectando en las últimas semanas producto a las ventas obtenidas por exportación del petróleo, son montos cada vez más bajos, por eso la gran sequía de dólares.
“Se ha ralentizado lo de las mesas de cambio porque no es la misma cantidad de dinero que se está colocando en el sistema a inicio de año. Una cosa fue enero, febrero, marzo de este año, abril cuando se colocaban 100 millones de dólares, 150 millones de dólares en cada intervención, a diciembre cuando se colocan 60 millones de dólares o 20 millones de dólares”, refirió.
Apuntó que a los empresarios también se les está haciendo muy complicado comprar grandes montos en divisas por las vías oficiales de mesas de cambio o por las casas de cambio, que en Venezuela hay cuatro: Angulo López, Insular, Zoom e Italcambio.
Se cuidan de la alta devaluación
Simón Salas, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Lara, informó que este gremio no ha recibido denuncias de usuarios sobre comercios que estén cobrando precios más caros si se cancela en bolívares. Alega que ese tipo de prácticas se aplica en negocios informales, porque quienes sí pagan impuestos y están legalmente son fiscalizados constantemente por la Superintendencia Nacional para la Defensa para los Derechos Socioeconómicos (Sundde), y el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat).
Pero alega que lo que sí es una realidad en el sector informal es que cuando reciben grandes cantidades de bolívares, tratan de deshacerse de ellos lo más rápido posible. “Lo que ha ocurrido en el último trimestre del año es que los bancos están aprobando montos cada vez más pequeños de dólares cuando se trata de adquirir las divisas por las mesas de cambio. Entonces lo que hacemos es tratar de no quedarnos con esos bolívares por mucho tiempo en las cuentas, los comercios tratamos de adelantar pagos a industriales y proveedores”, enfatizó.
Una segunda estrategia que aplican es invertir esos bolívares en mercancía, adelantan pagos de salarios o bonos salariales, o incluso por la época del año algunos trabajadores en el sector privado solicitan préstamos a las empresas o retiran parte de sus prestaciones sociales antes que se devalúe.
Alega que muchos buscan planificarse para que esos bolívares sirvan para cancelar compromisos fiscales de cierre de fin de año.
“Esta inflación que Venezuela comenzó a registrar desde octubre ha frenado las ventas en los comercios en el último trimestre del año. Hay sectores que están registrando los mismos números que en 2021 o algunos han disminuido levemente las ventas. Aquellos sectores que han salido favorecidos son los comercios de alimentos, farmacias, electrodomésticos, venta de telefonía celular y restaurantes, pero igual reportan que aunque sus ventas y ganancias son más elevadas que los dos años anteriores, los gastos producto de la voracidad fiscal hoy son el doble que en 2021”, acotó.
El Gobierno desde que arrancó el 2021 ha venido aumentando los impuestos nacionales, las alcaldías han hecho lo mismo. El Estado también viene aumentando los servicios públicos
Aumento de salario necesario
El economista, José Guerra, sostiene que los aumentos salariales por decretos son perjudiciales para un país, pero en la situación que está Venezuela el aumento del salario mínimo es necesario, sobre todo para los trabajadores del sector público que ganan aproximadamente 20 dólares al mes y los jubilados y pensionados que cobran el equivalente a siete dólares mensual.
“Fedecámaras está proponiendo salarios de 200 dólares para el año próximo. Yo creo que sí, urge un aumento salarial y que por el aumento del precio del petróleo, recaudación fiscal de este año, el régimen de Maduro puede llevar el salario mínimo a 80 dólares al mes para el trabajador público, porque de lo contrario esa población se va a morir de hambre”, exclamó.
Indicó que a pesar de las fluctuaciones del tipo de cambio, no hay un punto de equilibrio todavía entre el dólar BCV y el paralelo, porque sigue siendo más elevada la inflación. “Para los niveles actuales, el punto de equilibrio debe estar cercano a 20 bolívares por dólar, pero si sigue la inflación eso podría ser 22 o 23 bolívares”, dijo.
Con información de La Patilla