El gobierno de Estados Unidos amplió el programa de visados humanitarios diseñado originalmente para venezolanos y lo extendió ahora a migrantes de Cuba, Nicaragua y Haití, con efecto inmediato.
La administración de Joe Biden creó este sistema de “parole humanitario” para frenar la llegada de nacionales de Venezuela a la frontera sur y alentar la migración regular, a través de un procedimiento simplificado en el que la persona que desee emigrar a EEUU lo hace aplicando desde el exterior, con la ayuda de un patrocinador.
La medida estipula, sin embargo, que todo aquel que busque entrar a Estados Unidos de manera irregular y sea interceptado en fronteras será expulsado y no será elegible para aplicar al programa.
En una alocución el jueves desde la Casa Blanca, el presidente Biden pidió a los migrantes que “se queden donde están” en un intento por disuadir a las miles de personas que tratan de entrar cada día al país de forma irregular. “Estamos favoreciendo una migración ordenada y legal. Si tratan de entrar ilegalmente, no serán elegibles para el programa”, advirtió.
Biden también adelantó que México accedió a recibir 30.000 migrantes no admisibles cada mes, en un esfuerzo coordinado para enfrentar una crisis migratoria que el secretario del DHS, Alejandro Mayorkas, definió como “un desafío regional”.
Los migrantes que sean detenidos tratando de entrar ilegalmente a México y a Panamá tampoco serán elegibles para participar en el programa, enfatizó Mayorkas.
El DHS también informó que a pondrían a disposición de quienes ya están en camino la opción de programar una cita en los puertos de entrada a través de la aplicación móvil CBPOne, la cual posteriormente ampliará sus servicios.
¿Qué se sabe hasta ahora?
El programa de visados humanitarios implementado en octubre pasado para venezolanos estipula que un aplicante de esa nacionalidad puede incluir como beneficiarios a sus cónyuges e hijos menores de 21 años.
Los requisitos para participar en el programa incluyen que los migrantes tengan un patrocinador en EEUU, pasen un chequeo de seguridad y cumplan ciertos requerimientos de salud pública, incluyendo vacunas contra el COVID-19 y otras enfermedades.
Los tiempos de aprobación son mucho más acelerados que un proceso regular de reunificación o una visa de inmigrante. A menos de un mes de iniciado el programa, unos 7.000 aplicantes venezolanos habían sido aprobados, según reportes de Reuters.
Esto logró reducir “dramáticamente” las llegadas de nacionales de ese país suramericano de 1.1000 a solo 200 por día, de acuerdo con datos de la Casa Blanca.
Además, de momento queda en pie el Título 42, que permite enviar a México a los solicitantes de asilo. Mayorkas dijo que el DHS se sigue preparando para el fin de la medida. “Haya o no Título 42, la frontera no está abierta”, insistió una vez más Mayorkas.
¿Qué no se sabe aún?
Tras el anuncio quedan algunas interrogantes aún por resolver, entre ellas si una persona que ya inició un proceso de reunificación familiar puede ser elegible para el nuevo programa, o si un cubano que pase un año y un día tras llegar a EEUU por este medio, califica para solicitar la residencia permanente bajo la Ley de Ajuste Cubano.
Tampoco se sabe aún cuántas visas se adjudicarán a cada país y si será equitativo o predominará otro criterio. El DHS afirmó que continuarán ofreciendo información sobre el tema en los próximos días.
Con información de VOA