Según unos documentos ultrasecretos, conocidos dan cuenta que para la Fuerza Pública es una latente preocupación la presencia del servicio secreto de Venezuela, que tras el masivo hackeo en territorio colombiano y la frontera. Además, advierten que desde 2018 el vecino país lleva realizando un constante ciberataques al Estado colombiano.
Aunque claro y de acuerdo con los archivos obtenidos hasta ahora en los últimos cuatro años, las acciones de ciberespionaje venezolano han contado supuestamente con el apoyo de Rusia y China.
Pero a raíz de la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño liberó buena parte de las tensiones que había entre su predecesor, Iván Duque, y el gobierno de Nicolás Maduro, documentos de las Fuerzas Armadas Militares de Colombia que eran ultrasecretos, dan cuenta que hasta antes de la victoria del ahora presidente, existía una gran preocupación sobre la relación con el vecino país.
Esa información reservada también alertaba sobre otros riesgos: las acciones de espionaje realizadas por el servicio secreto venezolano en territorio colombiano y la frontera, así como de varias acciones de ciberespionaje -reportadas a partir de 2018- a entidades del Estado colombiano desde Venezuela.
Esta documentación sensible fue filtrada luego del reciente hackeo al Comando General de las Fuerzas Militares, realizado por el colectivo de hackers Guacamaya. El Espectador tuvo acceso a estos archivos secretos a través de la organización Forbidden Stories, un consorcio de periodistas radicado en Francia que continúa el trabajo de periodistas amenazados o asesinados. Los informes, que datan entre 2021 y junio de 2022, muestran una radiografía de las actividades en terreno y a través de equipos tecnológicos de las dos agencias de inteligencia venezolana: el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y la Dirección General de la Central de Contrainteligencia Militar (DGCIM).
Dos fuentes relacionadas con la investigación dijeron a la cadena que los abogados de Biden cooperaron plenamente con la búsqueda y que el Departamento de Justicia no emitió una orden de registro, como sí sucedió cuando el FBI registró en agosto la casa del expresidente Donald Trump.
(En contexto: ) La influencia de Rusia y China De acuerdo con los archivos secretos del Comando General de las Fuerzas Militares, en los últimos cuatro años las acciones de ciberespionaje venezolano han contado con el apoyo de Rusia y China, en medio de la disputa geopolítica entre la OTAN (encabezada por Estados Unidos) y el eje Rusia, China e Irán.
La presencia de agentes encubiertos rusos en Venezuela, más el aporte de tecnología a la inteligencia del gobierno de Maduro, le permite tener conocimiento de primera mano de las acciones de Estados Unidos en Colombia, donde queda claro el contenido de dichos documentos, mostrando que el mandatario de Venezuela Nicolas Maduro gana de dos formas, conoce los movimientos militares colombianos y facilita las labores de inteligencia rusas y chinas, donde mencionando que posiblemente desaparecieron en medio del conflicto integrantes de la fuerza pública colombiana.
Una parte fundamental de la inteligencia venezolana, dice el Comando General, la aportó el gobierno chino, pues ha sido aliado fundamental para colocar en órbita tres satélites venezolanos: el Simón Bolívar en 2008, con el propósito de mejorar las telecomunicaciones y monitorear la frontera con Colombia; el Francisco de Miranda en 2012, con la capacidad de tomar imágenes digitales de alta resolución, y el Antonio José de Sucre en 2017, con la misma finalidad que el Miranda.
Una parte fundamental de la inteligencia venezolana, dice el Comando General, la aportó el gobierno chino, quien ha sido aliado fundamental para colocar en órbita tres satélites venezolanos, el Simón Bolívar en 2008, con el propósito de mejorar las telecomunicaciones y monitorear la frontera con Colombia; el Francisco de Miranda en 2012, con la capacidad de tomar imágenes digitales de alta resolución, y el Antonio José de Sucre en 2017, con la misma finalidad que el Miranda, de hecho, se dice que el contrato, firmado en 2019, no excluye tramos subterráneos así como de un viaducto.
Además, el gobierno popular de China envía periódicamente personal experto para hacer mantenimientos de los radares que vigilan la frontera colombo-venezolana, se señala en los archivos, según se menciona que dentro de los equipos tecnológicos que tienen las agencias de inteligencia venezolanas están: el proyecto Colmena y el sistema Búho. El primero está conformado por una serie de radares instalados en varios puntos de la frontera y que permiten conocer la ubicación de unidades militares. El segundo sistema es una red de dispositivos electrónicos que logran tomar fotos hasta 20 kilómetros de la frontera, también ei sistema Pegaso, que permite monitorear el espectro electromagnético y tener acceso a las comunicaciones de varias unidades militares colombianas que se mueven en la frontera, según información del Comando Central.
Sin embargo, los documentos de Biden fueron encontrados por sus propios abogados y entregados a las autoridades, a diferencia de lo que ocurrió en la casa de Trump de Mar-a-Lago, donde fue necesaria la intervención del Departamento de Justicia para recuperar los papeles.
Estas estaciones también cuentan con cobertura sobre el Caribe y Brasil, pero fundamentalmente tienen como propósito realizar inteligencia a las actividades de Colombia y Estados Unidos en zona limítrofe. El Comando General, además, detectó 10 acciones de ciberespionaje venezolano provenientes de estados como Barinas, Zulia, Amazonas, Guárico, Mérida, Táchira y Apure. “Estas operaciones se llevan a cabo por seis unidades capacitadas para el desarrollo de procesos de monitoreo y detección de amenazas en las redes internas, realiza inteligencia a objetivos en Colombia, hace ejecución de operaciones de información con la implementación de ejércitos de trolls”, advierte el Comando General.
Precisamente hace un año, el entonces ministro de Defensa, Diego Molano, desató una crisis diplomática con el gobierno venezolano, pues dijo públicamente que tenía pruebas de que Rusia estaba ayudando militarmente al vecino país y que su presencia en la frontera era una “injerencia extranjera”. De inmediato la embajada rusa en Colombia desmintió al exministro. Dijo que la información que había difundido Molano era “irresponsable e inapropiada”, que estaba basada en informes de inteligencia sin confirmar y que todo se debía “a su búsqueda incansable de enemigos ficticios”. Sin embargo, la inteligencia colombiana siguió recabando información y el Comando General de las Fuerzas Militares siempre estuvo atento a los hallazgos, como lo revelan los documentos filtrados.
La colaboración de bandas criminales
Los viejos métodos de espionaje, como infiltrar al enemigo con agentes encubiertos, no han sido desechados por el gobierno de Nicolás Maduro. De acuerdo con el Comando General, la coordinación de agentes en Colombia está a cargo del coronel Alexander Granco, conocido como Mano Negra. Esas acciones de espionaje dirigidas por ese alto oficial consisten en tener fichas de grupos criminales, como las bandas de Yeiko Masacre y el Clan Melean, que tienen injerencia principalmente en Bogotá, Ibagué, Cúcuta y Barranquilla. Según la Alcaldía de Bogotá, ambos grupos ilegales han sido, desde 2020, responsables del aumento en la criminalidad de la capital del país, sobre todo en muertes violentas.
Granco, quien ha sido señalado de coordinar torturas y desapariciones forzadas en Caracas, también sería el encargado de enviar personal militar que simulan ser militares desertores del régimen venezolano. “Se logró determinar que un oficial de grado capitán de la DGCIM, conocido como Ezequiel (hombre de confianza de Mano Negra), es el encargado de realizar requerimientos de inteligencia a los integrantes de las estructuras delictivas antes mencionadas para que realicen vigilancia, seguimiento e intimidación a opositores políticos venezolanos radicados en Colombia. También recibe información de los agentes infiltrados que ofrecen dinero a militares colombianos a cambio de información”, señalan los documentos en poder de este diario.
Los correos igual dejan al descubierto el envío de espías colombianos a Venezuela, y que fueron detectados por los servicios secretos del vecino país. Dos informes confidenciales de Contrainteligencia Militar, elaborados entre marzo y abril de 2022, señalan que agentes infiltrados colombianos llegaron al estado Apure con el fin de reclutar a militares venezolanos para que fueran fuentes de información. Tras conocerse de esos movimientos, el DGCIM envió a esta frontera a 11 agentes de contrainteligencia para que identificaran posibles fugas de información. En esos reportes se mencionan los nombres de los agentes venezolanos, sus seudónimos y los códigos de identificación que usan.
“Se le ordena realizar el empleo de sus fuerzas profesionales con la finalidad de recabar información e identificar al personal que se encuentra en nuestro territorio nacional, específicamente Apure, debido a que agentes colombianos infiltrados estarían realizando captaciones de militares con el propósito de sustraer información clasificada. Se enviará a personal experto para realizar infiltración en diferentes localidades en la frontera, pero dicho personal estará bajo el mando único del director de contraespionaje y su identidad se resguardará para salvaguardar la vida de ellos. Solo se darán a conocer sus seudónimos y claves de identificación”, dice el informe de la DGCIM venezolana de abril pasado.
Durante los últimos dos años, Apure se ha vuelto epicentro de confrontaciones entre varios actores armados: disidencias de las Farc de Iván Mordisco, la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, el Eln y Ejército de Venezuela. Los informes de inteligencia dicen que esta zona es clave para el envío de cocaína a Estados Unidos a través de avionetas que salen de pistas clandestinas. Esa pelea territorial, y el cobro de altas sumas de dinero por parte de miembros de la Fuerza Pública venezolana, convirtieron esta región en una zona donde se reportan masacres, desapariciones y desplazamientos forzados. Incluso, varios jefes criminales han muerto en circunstancias poco claras.
Aunque públicamente las relaciones entre los gobiernos de Petro y Maduro viven su mejor momento, en el interior de sus fuerzas militares perdura el recelo entre sus organismos de inteligencia. Fuentes militares le comentaron a este diario que la reapertura de la frontera y la retoma de los diálogos con el Eln en Venezuela bajaron los decibeles entre ambos países, pero señalan que en estos momentos es cuando menos se puede bajar la guardia, porque puede ser usado por el SEBIN y DGCIM para consolidar su presencia en territorio colombiano. “En este tipo de escenarios políticos se suele aligerar la inteligencia para evitar malos entendidos, es un escenario complicado”, concluye una fuente militar.
Con información de El Espectador