La madre y el padre de Richard Bustamante, uno de los migrantes venezolanos que murieron arrollados el domingo frente a un albergue migratorio en la ciudad de Brownsville en Texas, piden ayuda para repatriar su cuerpo. La familia sostiene que, hasta el momento, ni autoridades venezolanas ni estadounidenses se han comunicado con ellos.
El padre de Bustamante no descarta que el conductor que embistió al grupo de migrantes con su todoterreno haya estado bajo el efecto de sustancias estupefacientes.
Los defensores de derechos humanos en Venezuela coinciden en responsabilizar al Estado por la situación que enfrentan los migrantes que forzosamente han salido del país. Rafael Uzcátegui, coordinador del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea), señala que los venezolanos en situación de migración forzada son “huérfanos” y que no existe una política pública de acompañamiento y protección para ellos.
Según Lissette González, coordinadora de investigación de Provea, el Gobierno venezolano guardó silencio durante varios días tras el incendio en un centro de detención migratorio en Ciudad Juárez, en el que murieron 39 personas, entre ellas 7 de nacionalidad venezolana.
La situación de los migrantes venezolanos sigue siendo crítica y la falta de políticas públicas de protección por parte del Estado los deja en una situación vulnerable en otros países. Los defensores de derechos humanos piden que se abran mecanismos de protección para los venezolanos y que se les otorgue refugio y asilo en los países de acogida.
Mientras tanto, la familia de Richard Bustamante espera poder repatriar su cuerpo para darle una sepultura adecuada.