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Los obstáculos que amenazan la actividad agrícola en Venezuela

La actividad agrícola en Venezuela enfrenta una serie de desafíos que ponen en riesgo su desarrollo y contribuyen a su deterioro. La falta de acceso al financiamiento, la escasez de combustible, el contrabando, el hostigamiento del hampa organizada y la inflación en dólares son solo algunos de los obstáculos que dificultan la labor de los productores y afectan la producción de alimentos en el país.

En este contexto, es fundamental analizar y comprender los factores que determinan el posible retroceso de la actividad agrícola en Venezuela. La Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) ha identificado una serie de nudos críticos que amenazan con inviabilizar los esfuerzos de recuperación de este sector vital para la economía y la seguridad alimentaria del país.

En este artículo, exploraremos en detalle estos desafíos y sus implicaciones para la agricultura venezolana. Además, reflexionaremos sobre la importancia de abordar estos obstáculos de manera integral, promoviendo políticas y acciones que impulsen el crecimiento y la resiliencia del sector agrícola en Venezuela.

Estos factores mencionados por la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) son determinantes para el posible retroceso de la actividad agrícola este año. Analicemos cada uno de ellos:

  • Limitado acceso al financiamiento: La obligación impuesta a la banca de depositar un alto porcentaje de sus depósitos en el Banco Central de Venezuela (BCV) y una gestión inadecuada de la cartera productiva dificulta el acceso al crédito para los productores agrícolas. Esta limitación financiera impide la inversión en tecnología, maquinaria, insumos y capacitación necesaria para mejorar la productividad y competitividad del sector.
  • Escasez de combustible: El diésel y la gasolina son vitales para el desarrollo de las actividades agrícolas, desde la preparación de tierras hasta la comercialización de las cosechas. La falta de combustible dificulta la ejecución oportuna de labores como siembra, fertilización, control de plagas, cosecha y transporte de productos, lo que repercute negativamente en la producción y la rentabilidad del sector.
  • Contrabando e importaciones sin pago de aranceles: La entrada ilegal de productos agrícolas, sin pagar los aranceles, impuestos aduanales o el Impuesto al Valor Agregado (IVA), afecta directamente a los productores locales. Estas importaciones desleales y desreguladas compiten deslealmente con los productos nacionales, generando una contracción en el consumo interno y afectando los precios y la rentabilidad de los agricultores locales.
  • Hostigamiento del hampa organizada: El sector agrícola se enfrenta a la constante amenaza de la delincuencia organizada, que incluye asaltos a fincas, robo de ganado (abigeato), secuestros y extorsiones. Estas acciones delictivas generan un clima de inseguridad que impacta en la producción y la tranquilidad de los productores, dificultando el desarrollo de sus actividades y poniendo en riesgo su integridad personal.
  • Inflación en dólares: La alta inflación, superior al 50% interanual, medida en dólares, limita el crecimiento de la frontera agrícola. Los costos de producción aumentan significativamente, lo que afecta la rentabilidad de los agricultores. Esta situación se agrava aún más si se considera la falta de acceso a financiamiento, lo que impide la adopción de tecnologías más eficientes y la expansión de las áreas de cultivo.

Enfrentar los desafíos que afectan la actividad agrícola en Venezuela es fundamental para impulsar el desarrollo sostenible de este sector.

El limitado acceso al financiamiento, la escasez de combustible, el contrabando, el hostigamiento del hampa organizada y la inflación en dólares representan obstáculos significativos que requieren una acción coordinada por parte de las autoridades y los actores involucrados.

Es necesario implementar políticas que promuevan un entorno propicio para la inversión en el sector agrícola, fomentando el acceso al financiamiento y brindando apoyo técnico a los productores. Asimismo, es crucial abordar la escasez de combustible, garantizando un suministro adecuado que permita el desarrollo de las actividades agrícolas en todas sus etapas.

El combate al contrabando y las importaciones desleales requiere una mayor vigilancia y control en las fronteras, así como la implementación de medidas que promuevan la competitividad de los productos nacionales. Además, es imperativo fortalecer la seguridad en el campo, brindando protección a los productores y generando un ambiente propicio para el desarrollo de sus labores.

La lucha contra la inflación en dólares también es fundamental, ya que limita la capacidad de crecimiento y rentabilidad del sector agrícola. Es necesario implementar políticas que estabilicen la economía y promuevan un ambiente favorable para la inversión y el desarrollo del sector.

En resumen, superar estos desafíos requerirá el compromiso y la colaboración de diversos actores, incluyendo al gobierno, los productores agrícolas, las instituciones financieras y la sociedad en general. Solo a través de un enfoque integral y coordinado se podrá impulsar la actividad agrícola en Venezuela, garantizando la seguridad alimentaria, generando empleo y contribuyendo al desarrollo económico del país.