A pesar de los cambios en las políticas migratorias de Estados Unidos y el levantamiento de las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19, los migrantes continúan arriesgando sus vidas para cruzar la peligrosa selva del Darién en su búsqueda de una nueva vida en suelo estadounidense.
Aunque el levantamiento del Título 42 no parece ser un factor determinante, miles de migrantes están dispuestos a pagar grandes sumas de dinero y enfrentar los peligros de esta ruta fronteriza entre Colombia y Panamá.
Un viaje peligroso en busca de un futuro mejor
La travesía comienza en una zona rural del municipio de Acandí, en el departamento colombiano del Chocó, donde los migrantes se preparan para adentrarse en la densa selva del Darién. A pesar de los riesgos y la falta de garantías, se instala un campamento donde los migrantes esperan su turno para iniciar la caminata. El acompañamiento hasta cruzar la frontera tiene un costo de aproximadamente 175 dólares.
Organización en el lado colombiano, peligro en el lado panameño En el lado colombiano, el negocio de la migración está bien organizado, brindando servicios de salud y asistencia con el equipaje a los migrantes. Sin embargo, la situación cambia drásticamente en el lado panameño, donde la ruta se vuelve más peligrosa. Algunas opciones para sortear los desafíos incluyen pagar a indígenas locales para viajar en pequeñas embarcaciones o “coyotes” que evitan el cruce de ríos y las empinadas caminatas por terrenos difíciles.
Desconocimiento de los cambios en la política migratoria de EE. UU
Aunque el gobierno de Estados Unidos tiene previsto poner fin a las restricciones relacionadas con la pandemia, conocidas como Título 42, la mayoría de los migrantes que cruzan la selva del Darién desconoce estos cambios. Durante el recorrido, no hay señal de teléfono ni acceso a internet, lo que dificulta la comunicación y el conocimiento de las nuevas políticas migratorias del gobierno de Joe Biden.
Aumento en la migración a través del Darién
Las autoridades panameñas han informado que más de 100.000 migrantes han cruzado la selva del Darién este año, y se estima que alrededor de 400.000 podrían hacerlo antes de que finalice el año, rompiendo el récord del año anterior. Este flujo migratorio masivo refleja la desesperación de aquellos que buscan una oportunidad en Estados Unidos, a pesar de los peligros y las incertidumbres que implica la travesía.
La falta de información sobre los nuevos anuncios del gobierno de Joe Biden y las dificultades a lo largo del peligroso trayecto no han disuadido a los migrantes de perseguir sus sueños de una vida mejor. La travesía a través de la selva del Darién sigue siendo una opción atractiva para aquellos que buscan escapar de la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades en sus países de origen.
A pesar de los riesgos y desafíos, su determinación y esperanza los impulsan a seguir adelante. Es crucial que se aborden las causas subyacentes de la migración y se brinde apoyo humanitario a aquellos que emprenden este peligroso viaje. La comunidad internacional debe trabajar en conjunto para encontrar soluciones que aborden las necesidades y protejan los derechos de los migrantes, al tiempo que se fomenta un enfoque integral y humano para la migración en general.