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Opinión

El reto de Margarita Oropeza

Esta vedette de la información ha permanecido tras las cámaras por más de veinte años

Recientemente se estrenó Abriendo Puertas, un espacio con el que Venevisión intentará captar la audiencia de los domingos, a las ocho de la mañana.

El horario del programa es su principal enemigo pero no el más amenazante. Por estos días, la censura bolivariana pende como una guillotina sobre el cuello de cada periodista.

El espacio de opinión es conducido por Margarita Oropeza, premio nacional de periodismo 1998. Tuve la oportunidad de trabajar bajo la supervisión de esta vedette de la información, que ha permanecido tras las cámaras por más de veinte años, pero ha seguido muy activa desde la oficina de Información y Opinión de la planta de La Colina.

Bajo el slogan: “cuando una puerta se abre, se abre una oportunidad”, Oropeza y su equipo recibirán en su estudio a tirios y troyanos de la política, pero también de la farándula, el deporte y la economía.

El programa cuenta con la dirección de producción de Julio Iglesias y la producción ejecutiva de la propia Margarita Oropeza. En la producción general estarán Daniela Ramos y Lenín García, bajo la dirección de Douglas Quintana.

Decir que empezó con buen pie no sería lo más acertado. Iniciar el programa invitando a un personaje como Jorge Rodríguez, no fue la manera más auspiciosa de combatir la opacidad informativa que el país viene padeciendo desde principios de este siglo.

Venevisión tuvo en su oportunidad los programas de opinión más exitosos de la historia. Las mañanas la iniciaban Sofía Imber y su esposo Carlos Rangel, mucho tiempo después lo hizo Napoleón Bravo y en la parrilla de programación estaba el cuarto bate y novio de la madrina, Oscar Yanez.

Oropeza advierte que “de ahora en adelante  Venevisión Media quiere abrir sus puertas  a todos los  sectores de la vida nacional”, pero poner en el aire al vocero más prominente del gobierno no es un signo de apertura.

La gerencia de prensa de la planta se ha comprometido a lograr que a través del Canal  sectores  económicos y políticos  tengan una voz,  una opinión para analizar los temas que más afectan a los venezolanos.

De esa presentación de Rodríguez trascendió su reclamo a Estados Unidos sobre Citgo, una empresa petrolera valorada en trece billones de dólares que la administración de Trump, primero y la de Biden, ahora, no afloja.

A un personaje como Rodríguez no se le puede abrir el micrófono a manera de monólogo, amerita cuestionamiento por parte del periodista, debatir con argumentos sólidos sus declaraciones, ponerlo contra las cuerdas. Pero no, tanto en Venevisión como en Televén como en Globovisión la palabra del psiquiatra, exacalde, expresidente del CNE y ahora flamante diputado no es rebatida, ni en broma.

Citgo es como un grandeliga venezolano. Nació aquí pero su vida transcurre en Estados Unidos. Tiene el Alma Llanera pero su presente y su futuro están mucho más allá del Arauca vibrador.

El reto de Oropeza es sentar un precedente que le permita ir calentando pantalla para las primarias de la oposición y las elecciones del próximo año. Pero si quiere alcanzar rating tendrá que romper la barrera de la autocensura.