Un informe conjunto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha revelado que un preocupante 62% de la población en América Latina y el Caribe no está de acuerdo con recibir a migrantes venezolanos.
Este rechazo se basa en datos recopilados de encuestas realizadas en la región, y pone de manifiesto un desafío humanitario y social en la acogida de los migrantes que han salido de Venezuela en los últimos años. Este artículo examinará los datos proporcionados en el informe y discutirá las implicaciones de este rechazo para la región.
El informe destaca que América Latina y el Caribe han acogido a más del 80% de los migrantes venezolanos, lo que representa aproximadamente 6,8 millones de personas hasta agosto de 2022.
Este éxodo masivo es el más significativo en el hemisferio occidental en los últimos 50 años. Sin embargo, a pesar de estos números, el rechazo hacia los migrantes venezolanos prevalece en la región.
Países como Perú (81%) y Ecuador (80%) muestran el mayor nivel de rechazo a la llegada de migrantes venezolanos, seguidos por Colombia (79%), el país que ha recibido la mayor cantidad de migración proveniente de Venezuela. El informe también revela que la predisposición de los colombianos a recibir migrantes en general es baja, y aún menor cuando se trata de migración venezolana.
Aunque la migración puede traer beneficios como el impulso a la productividad, la estimulación de la innovación y la creación de sociedades más diversas, los flujos masivos y repentinos de migrantes pueden tener impactos negativos en términos de pobreza, desarrollo y dinámica demográfica, además de exacerbar la xenofobia.
El informe resalta la necesidad de cambiar la actitud negativa hacia la migración mediante intervenciones específicas. Se mencionan experimentos realizados en varios países de la región, que buscan fomentar una actitud más positiva hacia los migrantes. Estos experimentos se han llevado a cabo en Perú, Ecuador, Colombia, México, Chile, Trinidad y Tobago, República Dominicana, Costa Rica y Barbados.
Una de las conclusiones importantes del informe es que la ignorancia sobre la realidad de los migrantes y las percepciones erróneas sobre la migración refuerzan la identidad grupal y, al mismo tiempo, alimentan la discriminación y la xenofobia.
El rechazo hacia los migrantes venezolanos en América Latina y el Caribe representa un desafío humanitario y social para la región. A pesar de la acogida que han brindado a millones de venezolanos que han huido de la crisis en su país, la falta de aceptación y la xenofobia persisten en gran parte de la población.
Es fundamental abordar estas actitudes negativas a través de la educación, la promoción de la empatía y la sensibilización sobre la realidad de los migrantes. La migración puede ser una oportunidad para el desarrollo y la integración regional, pero esto solo será posible si se superan los prejuicios y se fomenta una cultura de respeto y solidaridad hacia aquellos que buscan una vida mejor fuera de su país de origen.