En medio de la pobreza, la violencia y la crisis educativa en Venezuela, muchos niños venezolanos se ven obligados a abandonar su infancia en busca de sustento económico. A través de diferentes testimonios, se evidencia cómo niños y adolescentes se ven envueltos en el trabajo informal en las calles para colaborar con los gastos familiares.
Esta realidad, que se conmemora en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, está invisibilizada por la falta de cifras oficiales y se ve agravada por la falta de medidas estatales para combatir este problema.
Desde hace más de un año, niños como Jesús Gabriel, de 12 años, trabajan en las calles de ciudades como Cumaná para ayudar a sus familias. Jesús Gabriel canta a los clientes en una “calle del hambre” y recolecta alrededor de 6 dólares diarios para colaborar con los gastos de comida.
A pesar de su dedicación al trabajo, Jesús Gabriel tiene claro que primero debe terminar sus estudios y trabaja para pagar su paquete de grado.
Otro caso es el de Adrián, un adolescente de 12 años que trabaja como mesonero y vendedor ambulante. Adrián aprovecha el hecho de tener clases solo tres días a la semana para dedicarse al trabajo en las noches. Estos casos reflejan la realidad de niños y adolescentes que abandonan la escuela y se enfrentan a la calle como método de supervivencia.
Expertos señalan que el trabajo infantil limita las oportunidades de educación y expone a los niños a situaciones peligrosas, como el narcotráfico, la prostitución y la delincuencia. En el estado Sucre, la presencia de niños en las calles es un fenómeno de larga data, agravado por la migración y la desintegración familiar.
La falta de cifras oficiales y la ausencia de políticas públicas para proteger a los niños y adolescentes contribuyen a invisibilizar este problema. La crisis económica, las deficiencias en el sistema educativo y la violencia intrafamiliar son factores que impulsan a los niños a buscar trabajo como una forma de sobrevivir.
El trabajo infantil en Venezuela es una realidad preocupante, agravada por la pobreza, la violencia y la crisis educativa. A pesar de la conmemoración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la ausencia de cifras oficiales y la falta de políticas públicas efectivas dificultan la protección de los niños y adolescentes.
Es fundamental que el Estado diseñe y aplique políticas orientadas a la protección de los niños, así como brinde apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad. Además, se requiere una mayor conciencia social y esfuerzos coordinados para garantizar que los niños venezolanos puedan disfrutar de una infancia segura y digna.