El gobierno estaría considerando eliminar gradualmente el petro, la criptomoneda oficial del país, en un proceso que busca abrir un sistema de pagos independiente del dólar estadounidense y superar las sanciones impuestas por Estados Unidos. Sin embargo, el petro no ha logrado cumplir sus objetivos y ha enfrentado numerosos problemas desde su creación.
El petro, inicialmente valorado en 60 dólares por unidad y respaldado por la producción petrolera y del oro, no ha logrado cumplir las expectativas de convertirse en una alternativa al dólar o al depreciado bolívar en Venezuela. Su uso se ha limitado a algunas empresas comerciales, mientras que los usuarios han experimentado inestabilidad en sus operaciones y se han sentido en un estado de indefensión y oscuridad.
La cotización de mercado del petro ha experimentado una caída del 45%, a pesar de que el precio oficial se ha mantenido en 60 dólares. Con la dolarización masiva de la economía venezolana, el destino del petro parece encaminarse hacia la irrelevancia.
El gobierno estaría elaborando un plan para pagar las deudas pendientes con los usuarios del petro, especialmente las grandes cadenas de tiendas que aceptaron utilizar la criptomoneda como medio de pago en alianzas comerciales con el gobierno. Sin embargo, el mecanismo de cancelación de estas deudas podría ajustar los pasivos al tipo de cambio oficial, lo que podría ocasionar pérdidas para los acreedores.
Según los expertos, la desaparición del petro representaría el fracaso de una propuesta económica que buscaba crear una moneda respaldada por el petróleo, pero que resultó ineficiente y poco confiable. El gobierno venezolano ya ha dejado de utilizar al petro como referencia, optando por indexar tarifas y tributos a la tasa de cambio de la moneda de mayor valor en la cesta que sigue el Banco Central de Venezuela.
La evaluación del gobierno venezolano para eliminar gradualmente el petro como criptomoneda oficial es una señal del fracaso de esta propuesta económica. A pesar de haber sido respaldada por la producción petrolera y del oro, el petro no ha logrado cumplir su propósito de ser una alternativa al dólar y al bolívar. Los usuarios se han enfrentado a inestabilidad en sus operaciones y se encuentran en un estado de indefensión. La decisión de eliminar el petro es irreversible y no ha sido sometida a mayor debate. Aunque el gobierno busca pagar las deudas pendientes con los usuarios, existe el riesgo de pérdidas debido al ajuste al tipo de cambio oficial.
En última instancia, el petro representa una propuesta económica fallida y su destino parece encaminarse hacia la irrelevancia en el contexto de la dolarización masiva de la economía venezolana.