Elías de Jesús Graterol, de 96 años, y Rosalía Cañizales, de 80, eran una pareja de ancianos que compartían una vida llena de amor en Maracaibo. Sin embargo, su historia de amor llegó a un trágico final cuando una granada fue lanzada al techo de su vivienda, causando su muerte.
Elías y Rosalía se encontraban en la cocina de su hogar, disfrutando de su última cena juntos, cuando una granada fue lanzada al techo de su vivienda en el barrio Los Robles de la parroquia Luis Hurtado Higuera.
El estallido rompió el zinc y las esquirlas impactaron en el cuerpo de Rosalía, ocasionándole la muerte de manera instantánea. Este trágico suceso dejó en evidencia la violencia desbordada que ha convertido a Maracaibo y otras ciudades del Zulia en escenarios de enfrentamientos y amenazas por parte de bandas criminales que poseen armas de guerra, incluyendo granadas.
Elías presenció horrorizado cómo su esposa caía al suelo bañada en sangre, recordando los tristes finales que alguna vez vieron en las telenovelas que disfrutaban juntos. La inseguridad y la impunidad han convertido a la ciudad en un lugar peligroso para sus habitantes, especialmente para los más vulnerables, como los ancianos que deberían disfrutar de su vejez en paz y seguridad.
Las autoridades, incluyendo la Policía Bolivariana de Venezuela (PNB), el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) y la Dirección Contra la Delincuencia Organizada (DCDC-Zulia), se trasladaron al lugar del incidente para investigar el origen de la granada que arrebató la vida de Rosalía. Hasta el momento, no se ha esclarecido lo ocurrido, pero las autoridades continúan indagando con el objetivo de capturar al responsable de este homicidio.
El trágico final de la historia de amor de Elías y Rosalía, ancianos que encontraron la muerte a causa de una granada en Maracaibo, es un fiel reflejo de la violencia desbordada que azota la ciudad. Este lamentable suceso pone en evidencia la necesidad urgente de abordar la inseguridad y la impunidad que prevalecen en la región. Las autoridades deben redoblar los esfuerzos para investigar y capturar a los responsables, brindando justicia a las víctimas y generando un mensaje claro de que la violencia no puede ser tolerada en ninguna circunstancia. Es fundamental trabajar en la construcción de comunidades seguras y proteger a los más vulnerables, garantizando que puedan vivir en paz y tranquilidad.