La organización no gubernamental Provea ha emitido una denuncia preocupante sobre la situación en Venezuela, donde los apagones recurrentes están poniendo en riesgo la vida de los pacientes en los hospitales del país. Esta problemática, que afecta la calidad de vida de los ciudadanos y tiene graves consecuencias en el ámbito de la salud, requiere atención urgente por parte de las autoridades venezolanas.
Provea ha destacado la continua crisis de apagones y servicios básicos en Venezuela, que no solo afecta la vida cotidiana de los ciudadanos, sino que también representa un riesgo mortal para los pacientes en los hospitales. La falta de respuestas adecuadas a esta situación es alarmante.
La organización ha señalado que el sistema eléctrico nacional de Venezuela se encuentra en un estado preocupante, con graves fallos y plantas termoeléctricas en ruinas. Esta situación se ha agravado por decisiones cuestionables, incluida la desprofesionalización y militarización de las empresas eléctricas, lo que ha llevado a una falta de respuestas efectivas.
Ante las severas fluctuaciones eléctricas recientes en Venezuela, Provea ha instado al Estado venezolano a tomar medidas inmediatas para restaurar la industria eléctrica del país, que se encuentra al borde del colapso debido a la negligencia.
En el año anterior, Médicos por la Salud documentó 261 muertes relacionadas con cortes de energía en hospitales públicos. Estas muertes, atribuibles principalmente a fallas en equipos médicos y ascensores debido a apagones, subrayan la gravedad de la situación.
Expertos médicos, como el infectólogo Julio Castro, han enfatizado la necesidad de invertir en infraestructura hospitalaria para garantizar el suministro constante de electricidad y agua a los hospitales durante todo el año. Esta inversión es crucial para prevenir tragedias relacionadas con apagones.
La advertencia de Provea y el trágico balance de muertes en hospitales debido a apagones subrayan la urgente necesidad de abordar la crisis energética en Venezuela. Las autoridades deben tomar medidas efectivas para restaurar y mantener el sistema eléctrico nacional y garantizar un suministro constante de energía en los hospitales. Esto no solo salvará vidas, sino que también mejorará la calidad de vida de todos los ciudadanos venezolanos. La inversión en infraestructura y la atención a esta crisis deben ser prioridades absolutas.
