En Venezuela, seis instituciones penitenciarias enfrentan un desafío significativo al implementar el Nuevo Régimen Penitenciario, diseñado para la reinserción progresiva de los reclusos en la sociedad. Sin embargo, estas cárceles se mantienen bajo el control de estructuras delictivas similares a la que gobernaba el Centro Penitenciario de Aragua, liderado por Héctor Guerrero Flores, conocido como “Niño Guerrero”. A pesar de los esfuerzos por instaurar un sistema basado en la disciplina, el trabajo y el estudio para combatir la ociosidad carcelaria, estas instituciones siguen siendo focos de actividad criminal.
Nuevo Régimen Penitenciario y su Alcance
El Nuevo Régimen Penitenciario, concebido para reformar el sistema penitenciario, se ha implementado con éxito en el 90% de las prisiones del país. Sin embargo, seis establecimientos aún no han adoptado estas medidas: el Internado Judicial de Yaracuy (San Felipe), el Internado Judicial José Antonio Anzoátegui (Puente Ayala, Barcelona), el Internado Judicial de Bolívar (Vista Hermosa, Ciudad Bolívar), el Internado Judicial de Carabobo (Tocuyito), el Internado Judicial de Trujillo (Santa Rosa) y el Internado Judicial de Monagas (La Pica, Maturín).
Economía Carcelaria y Extorsiones
En estas cárceles sin el Nuevo Régimen Penitenciario, ha surgido lo que se conoce como la “Economía Carcelaria”, que se basa en actividades como el cobro de “vacunas” a los reclusos, la venta de drogas y la presencia de trabajadoras sexuales. Esta economía se extiende más allá de los muros de la prisión, ya que grupos delictivos dirigidos desde el interior extorsionan a comerciantes y empresarios en las áreas circundantes.
Especialización en Extorsiones
Dos de las seis cárceles sin el Nuevo Régimen Penitenciario se han especializado en extorsiones: el Internado Judicial de Bolívar (Vista Hermosa) y el Internado Judicial José Antonio Anzoátegui (Puente Ayala, Barcelona). Desde estas instituciones en la región oriental de Venezuela, los reclusos realizan llamadas a numerosas víctimas con el propósito de infundir terror psicológico y obligar a las personas a realizar depósitos en cuentas bancarias específicas.
Los expertos en seguridad ciudadana aconsejan a la comunidad no responder a llamadas telefónicas de números desconocidos o internacionales y estar alerta ante los códigos de Bolívar y Anzoátegui, donde se ubican las cárceles en cuestión. A pesar de los esfuerzos del gobierno por abordar la problemática carcelaria, la extorsión desde las prisiones sigue siendo un desafío. El ministro de Interiores, Remigio Ceballos, ha destacado la necesidad de enfrentar a los grupos criminales que operan desde las cárceles y evitar que estas sean utilizadas como centros de actividad delictiva. La seguridad ciudadana y la reforma del sistema penitenciario siguen siendo temas cruciales para garantizar la paz y la justicia en Venezuela.