En Necoclí, un pueblo costero colombiano en la frontera natural entre Colombia y Panamá, numerosos migrantes venezolanos y de otras nacionalidades enfrentan un obstáculo significativo: la falta de recursos para continuar su viaje hacia el norte del continente. Esta situación pone de manifiesto los desafíos económicos que afrontan quienes buscan una vida mejor en tierras extranjeras.
Barrera Económica en la Ruta Migratoria:
Muchos migrantes, como Jennifer Serrano, enfrentan la difícil realidad de no contar con los recursos económicos necesarios para avanzar en su travesía hacia Estados Unidos. El viaje implica cruzar la peligrosa selva del Darién y requiere al menos 1.000 dólares por persona. Jennifer Serrano, madre de tres hijos, expresó su preocupación por la falta de dinero y las dificultades que han experimentado desde su llegada hace dos meses.
Estrategias para Reunir Fondos:
La carencia de recursos ha llevado a los migrantes a adoptar diferentes estrategias para conseguir dinero. En la zona es común ver a personas vendiendo productos de primera necesidad, como alimentos y agua, o solicitando ayuda a aquellos recién llegados. Estos esfuerzos se orientan a reunir el capital necesario para seguir su ruta hacia el norte.
Migrantes de Diversas Nacionalidades:
El estancamiento económico no afecta solo a los venezolanos, ya que se observa la presencia de migrantes de otras nacionalidades, incluyendo asiáticos y latinoamericanos. La situación de varados se ha convertido en un desafío creciente.
Alerta de las Autoridades Locales:
Las autoridades, como Aníbal Gaviria, gobernador del estado colombiano de Antioquia, han estado alertando sobre la problemática en lugares cercanos a Necoclí, como Turbo y Mutatá, donde otros migrantes también enfrentan dificultades económicas. Este fenómeno resalta la magnitud del impacto económico en la región.
El Negocio de la Migración:
En la zona, la migración ha generado un negocio rentable, donde los guías autodenominados cobran 350 dólares por persona para el pasaje en bote a Acandí. Otra ruta promete evitar la selva por completo, pero cuesta alrededor de 700 dólares. Sin embargo, esta opción no está exenta de riesgos, ya que los barcos pueden naufragar o ser detenidos por las autoridades en mar abierto.
La difícil situación de los migrantes en Necoclí y áreas cercanas refleja la cruda realidad que enfrentan quienes buscan una vida mejor en tierras extranjeras. Es fundamental que los gobiernos y organizaciones internacionales se involucren para brindar apoyo a estas personas que, en muchos casos, huyen de circunstancias difíciles en sus países de origen. En este contexto, se requiere una acción coordinada que permita no solo abordar los desafíos económicos, sino también garantizar la seguridad y el bienestar de los migrantes en su travesía.