En medio de la evolución constante de la crisis económica en Venezuela, la ansiedad crece entre sus habitantes, quienes desean una mejor economía pero enfrentan desafíos cada vez más abrumadores. Esta crónica examina la historia de José Hernández y su comunidad en San Joaquín, una zona rural aislada, donde la agricultura de supervivencia y la lucha por la comida son el pan de cada día. Además, destaca los desafíos que enfrentan los jubilados con pensiones mínimas y la escasez de empleo. La historia de Hernández representa el deseo generalizado de empleo y estabilidad económica en Venezuela.
Agricultura de Supervivencia en San Joaquín:
José Hernández y sus vecinos en San Joaquín, una comunidad rural dos horas al suroeste de Caracas, recurren a la agricultura de supervivencia para alimentarse. Los árboles de aguacate frente a sus modestas casas se han convertido en una fuente esencial de comida. La escasez generalizada ha llevado a cortar los aguacates y venderlos en puestos locales para ganarse la vida.
Pensiones Mínimas:
La lucha por la comida y la economía en Venezuela afecta especialmente a los jubilados. La pensión mensual de José Hernández, de 67 años, es de tan solo 3,70 dólares, apenas 20 centavos más que el costo de un galón de agua embotellada. Esta escasa cantidad no cubre las necesidades básicas y obliga a muchas personas a depender de otras fuentes de ingresos o asistencia.
La Desolación en el Barrio:
San Joaquín, como muchas áreas rurales de Venezuela, ha experimentado una creciente migración de jóvenes en busca de oportunidades económicas. La falta de empleo y la escasez de alimentos han dejado a muchas comunidades en un estado desolado. Hernández y su vecino lamentan la falta de empleo en su barrio, lo que ha llevado a que los jóvenes se vayan en busca de un futuro más prometedor.
La situación en Venezuela es un llamado de atención a la necesidad urgente de abordar la crisis alimentaria y económica que aflige al país. La agricultura de supervivencia y las pensiones mínimas son ejemplos de cómo los venezolanos luchan por sobrevivir en medio de la adversidad. Para mejorar la calidad de vida de las personas como José Hernández y su comunidad, se requieren soluciones que aborden tanto la escasez de alimentos como la falta de empleo. Las políticas gubernamentales y la cooperación internacional son fundamentales para allanar el camino hacia una Venezuela más próspera y estable.