En el centenario de su nacimiento, recordamos a Alirio Díaz, el virtuoso guitarrista originario de Carora, estado Lara, quien se convirtió en una figura destacada y venerada en el mundo de la música clásica. Su humildad y maestría en las seis cuerdas lo distinguieron, dejando un legado perdurable que trasciende fronteras y generaciones.
Juventud y Formación Musical:
Nacido en La Candelaria, Carora, Alirio Díaz inició su travesía musical a los 16 años, dejando su tierra natal para estudiar música en Trujillo y posteriormente en la escuela “José Ángel Lamas” de Caracas. Aprendió guitarra popular y saxofón, complementando su habilidad como tenor.
Carrera Internacional y Reconocimientos:
Con apenas 22 años, Díaz ya había viajado y se destacaba como concertista en España e Italia. Su repertorio abarcaba desde composiciones propias hasta piezas de maestros como Vicente Emilio Sojo y Antonio Lauro, evidenciando su amor por Venezuela en cada acorde. Afirmaba que la guitarra era un instrumento difícil, pero la carrera de concertista lo era aún más.
Reflexiones sobre la Música y el Éxito:
En entrevistas, expresaba su deseo de que la humanidad comprendiera la trascendencia del sonido musical. Afirmaba que, aunque se tuviera talento, ingresar al circuito musical era un desafío que requería suerte y el respaldo de amigos. Agradecía a aquellos que lo estimularon y ayudaron en su carrera.
Reconocimientos y Legado:
Su destreza con la guitarra le valió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Carabobo y el Premio Interamericano de Música de la OEA en 1987. Su fallecimiento en 2016 dejó un vacío, pero su legado perdura a través de sus discos, composiciones como el “Recital de guitarra” y “Concierto de Aranjuez”, así como las influencias de sus maestros.
Alirio Díaz, el maestro de las seis cuerdas, trasciende el tiempo y el espacio con su legado musical. En el centenario de su nacimiento, su contribución a la música clásica y su dedicación a la guitarra perduran. Como recomendación, instamos a seguir explorando y difundiendo su obra, inspirando a nuevas generaciones a apreciar la riqueza de la música clásica y la destreza de este virtuoso.
En honor a Alirio Díaz, se sugiere la promoción continua de su obra a través de eventos, conciertos y plataformas digitales. La creación de programas educativos que destaquen su legado y su influencia en la música clásica también sería una forma valiosa de preservar su memoria. Al fomentar el conocimiento y aprecio por la contribución de Alirio Díaz, se asegura que su impacto perdure y enriquezca las futuras expresiones musicales.
