El reciente fallecimiento de Jesús David Rojas Villarreal, un bebé venezolano de un año y un mes, en circunstancias sospechosas mientras estaba bajo el cuidado del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en Pereira, resalta la preocupante situación de la niñez migrante en Colombia. Este caso se suma a una serie de tragedias que han afectado a menores bajo protección del ICBF, generando interrogantes sobre la seguridad y el bienestar de estos niños vulnerables.
Historia de Jesús David: Jesús David Rojas Villarreal nació en julio de 2022 en Pereira, Colombia, bajo la tutela del ICBF. Aunque su madre venezolana, Jeremy Carolina Villareal Villareal, buscaba un mejor futuro en Colombia, la fatalidad acompañó la vida de Jesús David. Con solo un año y medio, el ICBF informó a la familia sobre su trágico fallecimiento, un hecho que destaca en el especial del diario sobre los 38 menores migrantes que han perdido la vida bajo la protección de esta entidad.
Investigación en Curso: Las circunstancias de la muerte de Jesús David aún están bajo investigación por parte de la Fiscalía General de la Nación. La familia recibió versiones contradictorias sobre la causa del deceso, desde broncoaspiración hasta un presunto episodio mientras dormía. El ICBF ha tomado medidas de suspensión temporal e investigación al hogar sustituto responsable del cuidado del niño, pero la incertidumbre y la falta de transparencia rodean este trágico suceso.
Otros Casos Alarmantes: Jesús David no es el único caso que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad de los menores bajo la protección del ICBF. Recientes incidentes, como el ataque mortal de un perro pitbull a Karen Dahiana Granada y la muerte violenta de Danilo Martínez, subrayan la vulnerabilidad de estos niños en entornos supuestamente seguros. Desde 2018, 36 menores migrantes han fallecido mientras estaban bajo procesos de protección del ICBF, un hecho que demanda una revisión exhaustiva de los protocolos de cuidado.
La serie de tragedias que han afectado a menores migrantes bajo el resguardo del ICBF requiere una reflexión profunda y acciones inmediatas. La transparencia en las investigaciones y la implementación de medidas efectivas para garantizar la seguridad y el bienestar de estos niños son imperativos. La sociedad y las autoridades deben unirse en un esfuerzo conjunto para proteger a la infancia migrante, revisando y fortaleciendo los protocolos de cuidado en estos hogares. La prioridad debe ser crear entornos seguros y acogedores para los menores, asegurando que sus derechos y vidas estén protegidos de manera efectiva.