En un escalofriante caso de abuso sexual, Pedro José Castillo, un hombre de 59 años, enfrenta una condena de 22 años de prisión por los atroces actos cometidos contra su propia sobrina. La cruda realidad de este caso se develó en el sector Chirarigua del municipio Manuel Monge, estado Yaracuy, marcando un hito en la lucha contra la violencia de género. Este artículo explora los detalles del caso y la contundente sentencia emitida por el Tribunal 1° de Juicio.
- Denuncia Desgarradora:
La pesadilla comenzó el 20 de Mayo de 2022, cuando la madre de la víctima recibió una denuncia impactante. La niña reveló que su tío paterno, identificado como Pedro José Castillo, la invitaba a su hogar, aprovechando la ocasión para perpetrar actos de abuso sexual y tocamientos inapropiados. - Actuación Inmediata:
Conmovida por la valentía de su hija, la madre se trasladó de inmediato a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en busca de justicia. La denuncia desencadenó una respuesta rápida y determinada por parte de las autoridades. - Orden de Aprehensión:
El Tribunal 6° de Control emitió una orden de aprehensión contra el agresor, quien fue detenido el 29 de septiembre de 2022 por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). La captura se llevó a cabo en la residencia del acusado, marcando el inicio del proceso judicial. - Juicio Riguroso:
En el transcurso del juicio, la Fiscalía 8ª de Yaracuy sostuvo la acusación, señalando a Castillo por abuso sexual con penetración en grado de continuidad. La presentación de pruebas concluyó con una contundente ratificación de los cargos, estableciendo las bases para una sentencia ejemplar. - Dictamen Judicial:
El Tribunal 1° de Juicio, tras evaluar minuciosamente el caso, dictó una sentencia que refleja la gravedad de los delitos perpetrados. Pedro José Castillo fue condenado a 22 años de prisión, marcando un precedente crucial en la lucha contra la violencia sexual. - Reclusión en la Estación Policial:
Como parte de la sentencia, se ordenó la reclusión del agresor en la Estación Policial de Marín, asegurando que pague por sus acciones ante la sociedad y sirva como advertencia para aquellos que perpetran actos similares.
Esta condena resalta la importancia de la denuncia inmediata y el compromiso de las autoridades para abordar casos de abuso sexual. La sociedad debe permanecer vigilante y solidaria ante estos atroces actos, garantizando que aquellos que infringen la ley enfrenten las consecuencias de sus acciones.