En el corazón de la celebración navideña, un legado que se remonta a ocho siglos cobra vida: el primer pesebre creado por Francisco de Asís. Esta tradición, que comenzó de manera modesta en una cueva de Greccio, Italia, ha evolucionado a lo largo de los años, convirtiéndose en un símbolo arraigado en la espiritualidad navideña. Sigue aqui brevemente los detalles históricos de la creación del pesebre, su evolución a lo largo de los siglos y la continua celebración de esta tradición en el pequeño pueblo de Lazio.
El Viaje de Francisco de Asís y la Inspiración en Tierra Santa
En el año 1223, Francisco de Asís, tras un viaje a Tierra Santa, regresa a Greccio con una visión extraordinaria: la creación de un belén viviente. La historia, narrada por el teólogo san Buenaventura, detalla cómo, con el aval del pontífice, Francisco prepara un pesebre en una cueva, acompañado de un buey y un asno.
La Celebración del Nacimiento en Greccio a lo Largo del Tiempo
En la región italiana de Lazio, el pueblo de Greccio recrea anualmente el pesebre original de Francisco de Asís. Aunque los detalles exactos de las representaciones iniciales son inciertos, la tradición ha perdurado, convirtiéndose en una celebración arraigada en la esencia navideña.
Transformación del Pesebre: De la Imaginación a la Realidad
A lo largo de los 800 años, las representaciones del pesebre han evolucionado desde la imaginación inicial hasta la inclusión de dioramas y actores reales. El elenco de personajes se expandió más allá de María, José y el niño Jesús, abarcando a veces a todo un pueblo.
Dimensión Simbólica: Lo Divino en la Menudencia
Desde una perspectiva religiosa, el pesebre de Greccio se enmarca en un contexto donde la divinidad se descubre en la humildad, no en la realeza. El franciscano François Comparat destaca la importancia de comprender lo divino en la sencillez de la escena.
Del Siglo XVII a la Actualidad: Devoción al Niño Jesús y Popularización del Pesebre
El siglo XVII marcó un periodo crucial para la devoción al Niño Jesús y el interés por el belén. La Revolución francesa, al limitar los cultos, contribuyó a la proliferación de belenes en el ámbito privado. Con la creación de figuritas, los pequeños nacimientos familiares se volvieron populares.
Al reflexionar sobre estos ocho siglos de tradición, el pesebre se revela como más que una representación; es un testimonio duradero de la espiritualidad y la simplicidad divina. La evolución del pesebre, desde la imaginación inicial de Francisco de Asís hasta las representaciones modernas, refleja la capacidad de la tradición para adaptarse sin perder su esencia. La devoción al Niño Jesús y la popularización del pesebre revelan su poder como un símbolo perdurable en la celebración navideña. En cada recreación anual en Greccio, el primer pesebre, en su modestia original, continúa siendo un faro de humildad y espiritualidad en la temporada festiva.