La inseguridad alimentaria se ha arraigado en Venezuela, afectando a una abrumadora cifra de 13 millones de ciudadanos, según el último informe de HumVenezuela.
Este desafiante panorama refleja no solo la falta de disponibilidad de alimentos, sino también la aguda crisis económica que ha erosionado el poder adquisitivo de las familias. En medio de estos desafíos, la población infantil enfrenta riesgos significativos, con altos índices de desnutrición y un preocupante aumento en la mortalidad infantil.
Desnutrición y Riesgos para los Niños
HumVenezuela destaca que la desnutrición persiste como un problema grave, afectando a 1,4 millones de niños con déficit nutricional o riesgo de padecerlo. Las cifras del año pasado revelan un 9,5% de desnutrición aguda y un 35,4% de desnutrición crónica entre los niños venezolanos.
Impacto Económico y Estrategias de Sobrevivencia
Con un salario mínimo estancado desde mayo de 2022, la población se ve obligada a buscar alternativas para sobrevivir, sacrificando incluso aspectos de salud y educación.
Según Maritza Landaeta del Observatorio Venezolano de Salud, alrededor del 75% de las familias destinan más del 50% de sus ingresos a la alimentación.
Estrategias Desesperadas y Presupuestos Insuficientes
El informe revela que el 91,6% de los hogares utiliza estrategias de sobrevivencia, como agotar presupuestos y aumentar la carga laboral.
Más del 87% observa una disminución en la calidad y variedad de los alimentos, mientras que el 86% enfrenta presupuestos insuficientes para adquirirlos.
Impacto en la Calidad de Vida y Mortalidad Infantil
La inseguridad alimentaria no solo afecta a la población en general, sino que también tiene consecuencias directas en la calidad de vida de niños, mujeres embarazadas y adultos mayores. La mortalidad infantil ha experimentado un preocupante aumento, aunque la falta de datos oficiales desde 2016 presenta un desafío para evaluar la magnitud exacta.
En medio de esta crisis alimentaria devastadora, es imperativo que se tomen medidas urgentes para abordar las necesidades básicas de la población venezolana. La mortalidad infantil en aumento requiere una atención inmediata, así como estrategias a largo plazo para abordar las raíces económicas y sociales de esta crisis. Se hace un llamado a las autoridades y a la comunidad internacional para colaborar en soluciones que proporcionen alivio a las familias afectadas y establezcan bases sólidas para un futuro más esperanzador.
