La práctica deliberada es una forma muy exclusiva de actividad, que difiere de la mera experiencia y de afilar y afinar habilidades sin pensar. La Práctica Deliberada no es algo muy placentero. No es repetición o ejecución de las habilidades ya obtenidas, sino repetición pensada, estratégica, para alcanzar más allá del nivel actual, el cual viene necesariamente asociado a fallas frecuentes. Las Personas que deseen aspirar algo, deben concentrarse en mejorar aspectos específicos, mediante la Práctica de Actividades Diseñadas para el Cambio y refinar mecanismos para Resolver Problemas y Refinamiento sucesivo de la Retroalimentación. Es una práctica que persevera. La Práctica Deliberada requiere una concentración mental de nunca estar satisfecho con las habilidades actuales, requiere constante sacrificio, un patológico trabajo sin descanso y una pasión para atinar metas incesantemente y perseverantemente, justo más allá de nuestras posibilidades y capacidades, de tal forma que la decepción y la falla son deseadas y una constante resolución de mejorarse y de intentar otra vez, y otra vez, y otra vez, y de nuevo. Esto requiere una enorme alteración de la vida y del tiempo utilizado, y un diario compromiso para ser mejor, es como si se estuviera pegado al proceso de ser mejores siempre. Requiere concentración y enfocarse en mejorar el desempeño.
Cuando un individuo deliberadamente se empuja así mismo más allá de su zona de confort y se le induce en sostenerse en actividades físicas extenuantes, ello induce a un estado anormal de las células en el sistema fisiológico. El cerebro, también, se adapta físicamente a un estrés intelectual, como su propia demanda. Convertirse en alguien grande requiere la correcta combinación de recursos mentales, estrategia, persistencia y tiempo; y esas son herramientas que son parte del funcionamiento normal del ser humano. La fisiología de este proceso requiere extraordinarios montos de dedicación, de tiempo, no solo horas y horas de dedicación, sino miles de horas y horas sobre el curso de nuestros años. El mejor regalo que tenemos hoy en día es esta nueva dinámica. Debemos conocer nuestros propios límites, y debemos empujarlos mucho más allá. Encontrar nuestro verdadero límite en un área nos tomará años y miles de horas de perseguirlos vehementemente. Mozart dijo una vez, “la gente comete un grave error al pensar que mi Arte ha sido muy fácil para mí. Nadie ha rendido tanto tiempo y Pensamiento a una Composición como Yo”. A su temprana edad, el trabajo de Mozart no fue verdaderamente asombroso, apenas imitaciones de otros Compositores. Lo más notable acerca de su adolescencia no es la calidad de sus trabajos, sino su consistencia, persistencia y el trabajo arduo, obsesivo, de realizar muchas composiciones. Mirando el trabajo cronológico de Mozart, hay una clara trayectoria de incremento de originalidad e importancia, culminando en sus 3 sinfonías finales, escritas a la edad de 32 años, las cuales son consideradas sus más grandes obras. Debemos conocer nuestros propios límites y aprender a empujarlos nosotros mismos. Encontrar nuestro verdadero límite natural en un área toma muchos años y muchas miles de horas de intenso trabajo. Hay que evitar las zonas de confort y las experticias porque quiebran la creatividad y desvían la motivación. La realidad nos dice que las Personas conseguidoras de altas metas, desarrollan diferentes habilidades en diferentes edades; de hecho, los investigadores han descubierto que los niños prodigio y los adultos que logran metas de alto impacto no son frecuentemente la misma persona. Una larga lista sugiere que muchos adultos que lograron grandes cosas, no mostraron profundas habilidades cuando niños (por ejemplo, Michelangelo, Rembrandt, Bach, Newton, Da Vinci, Einstein). Todos los individuos poseen diferentes biologías, pero ninguno tiene una suerte predestinada. Cada individuo se construye a sí mismo según sus capacidades. Muchos nos hablan que para descubrir tu propio potencial, se debe añadir sudor, agua, amor, sacrifico, perseverancia y mucho, mucho tiempo. Estudios han demostrado que es necesario incluirle pensamiento, nutrición, mentoría, cultura, tiempo, enfoque y motivación para incidir y desarrollar habilidades. Todos estos procesos son imperceptibles y lentos, imposibles de ver desde afuera, pero pasan dentro del ser humano. Aún un cerebro ordinario es capaz de cosas poderosas, cuando es provocado y empujado más allá de sus límites. Por lo general las personas que logran metas sobresalientes tienen una original conducción, una alta apetencia al logro y un increíble deseo de éxito. La Ambición intensa envuelve una compleja dinámica, poniendo en la mente de la gente en diferentes edades y circunstancias a veces por adversidad extrema, a veces por venganza, a veces por una vía de probarse a sí mismo, para ser amado o por temor al padre, hermano o algún familiar. Por ejemplo, en el caso de Michael Jordan, él odiaba perder y el constante trabajo en sus debilidades le hizo tener el deseo de ser El Mejor. Una Característica común en los adultos exitosos es que en algún momento de sus vidas, ellos se dan cuenta que el Proceso de Mejora está dentro de su Propio Control. El Exitoso se da cuenta que controla sus Habilidades. El potencial existe cuando la persona desarrolla altos deseos de alcanzar metas, y como creen que el talento es una función de adquirir habilidades en vez de sólo tener habilidades innatas, el alcanzar metas depende completamente de una actitud a largo plazo, de los recursos y de un buen proceso. El que es exitoso en los deportes tiene un conjunto de contribuciones en varios aspectos y variables: clima, medios, demografía, entrenamiento; espiritualidad, educación, economía y cultura. En síntesis, el éxito atlético es sistémico y no genérico. Actitudes de entrenamiento y posponer la gratificación son dos componentes vitales en las personas que logran metas sobresalientes en los deportes. Además se han encontrado en las personas que logran objetivos de alto impacto, patrones particulares de fortalezas culturales, una alta orientación al logro, inclinación a buscar nuevos retos, a ser competitivo y buscar ganarle a los demás, y una alta elaboración de la necesidad como virtud. Con el tiempo construyen una fuerte cultura de éxito, que trae más y más éxito, poniendo marcas (benchmarking) y Metas- Objetivos cada vez más altos de alcanzar, genera más altos y altos niveles de expectativas. La vía más simple para inspirar un mejor y mejor desempeño, es estar rodeado de los más feroces competidores posibles y una cultura extrema de excelencia. La mejor manera de lograr que sus dirigidos, hijos, cocheados o tutorados puedan lograr sus metas, es empujarlos a límites extremos, mucho más allá de lo que lo hacen sus competidores.
Ramon Marcel Arellano Baez
MBA- Master en Administracion de Empresas (UCAB – Caracas, Venezuela)
Especialista en Estudios de Analista en Comportamientos ante el Board para BCBA- Universidad de California en Santa Bárbara -EEUU
Economista ( UCAB – Caracas, Venezuela )
Certificado Ejecutivo en Estrategia e Innovación en Sloan School of Management -Instituto Tecnológico de Massachusetts-MIT- Cambridge- EEUU
Autor de libros de Creatividad e Innovación