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Economía

El costo de cumplir la tradición de consumir pescado en Semana Santa

La Semana Santa en Venezuela es una época en la que la tradición religiosa marca el consumo de pescado como una alternativa a las carnes rojas, especialmente los días Jueves Santo y Viernes Santo. TalCual, en colaboración con diversos medios regionales, realizó un estudio sobre los precios de tres tipos de pescado en ocho estados del país, incluyendo el Distrito Capital, para entender el impacto económico de esta práctica tradicional.

Variedad de precios en distintas tegiones

El estudio se llevó a cabo en pescaderías y mercados entre el 19 y el 24 de marzo, coincidiendo con el período previo a la Semana Santa.

Se examinaron los precios del cazón, carite y corocoro, tres de los pescados más consumidos durante esta festividad religiosa. Los resultados revelaron una amplia variabilidad en los precios según la región.

Diferencias de costo por tipo de pescado y ubicación geográfica

En Yaracuy, el corocoro se posiciona como la opción más económica, con precios que oscilan entre $1,80 y $2,60 por kilo. El cazón se encuentra entre $4,50 y $5, mientras que el carite varía de $6 a $7.

En contraste, en Táchira, los precios son notablemente más altos, con el carite llegando a alcanzar entre $8 y $15 por kilo, y el cazón entre $8 y $10. En el Distrito Capital, los precios están en un rango intermedio, con el cazón entre $6 y $10, el carite entre $6 y $12, y el corocoro entre $2,90 y $4,50.

Impacto económico y accesibilidad

Estos resultados resaltan el impacto económico que puede tener para las familias venezolanas cumplir con esta tradición religiosa.

Si bien en algunas regiones el costo del pescado puede ser relativamente accesible, en otras puede representar un gasto significativo para los hogares, especialmente en un contexto de crisis económica y dificultades financieras generalizadas.

Promover alternativas accesibles y solidaridad comunitaria

En este sentido, es importante que las autoridades y la sociedad en general trabajen en la promoción de alternativas económicas y accesibles para aquellos que deseen cumplir con esta tradición religiosa.

Asimismo, se hace un llamado a la solidaridad comunitaria, incentivando la colaboración entre vecinos y organizaciones locales para garantizar que todos tengan acceso a alimentos adecuados durante esta celebración.

Solo a través de esfuerzos conjuntos y políticas inclusivas se puede asegurar que todas las familias venezolanas puedan participar plenamente en las festividades de la Semana Santa, sin importar su situación económica.

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