El éxodo de venezolanos hacia otras regiones del continente americano continúa manifestándose de manera prominente en la travesía por el Darién. El reciente informe del Gobierno panameño revela que más del 60% de los migrantes que han cruzado esta inhóspita selva en los primeros tres meses del año provienen de Venezuela.
Este fenómeno plantea desafíos significativos tanto para los migrantes como para las autoridades encargadas de gestionar esta situación.
Predominio de migración venezolana
De acuerdo con el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá, durante el primer trimestre de 2024, un total de 109,069 migrantes irregulares han cruzado la selva del Darién. Más del 60% de estos migrantes son venezolanos, seguidos por ecuatorianos, haitianos y colombianos en menor medida.
Este flujo migratorio representa un aumento significativo en comparación con el mismo período del año anterior.
Riesgos y desafíos
Los migrantes que se aventuran a través del Darién se enfrentan a una serie de peligros y desafíos, que van desde riesgos naturales como crecidas repentinas de ríos y ataques de animales salvajes, hasta la presencia de bandas delictivas que cometen robos y violaciones.
Además, la falta de acceso a agua potable y condiciones sanitarias adecuadas agrava aún más la precaria situación de estos migrantes durante su travesía.
Proceso de recepción y traslado
Una vez que los migrantes logran superar la selva del Darién, son recibidos y registrados por las autoridades panameñas en centros de recepción migratoria, donde se les brinda alojamiento y alimentación.
Posteriormente, se coordina su traslado en autobuses hasta Costa Rica, país al que se dirigen en busca de mejores oportunidades.
El predominio de la migración venezolana en la travesía por el Darién en 2024 resalta la urgencia de abordar las causas fundamentales de este éxodo y garantizar la protección y seguridad de los migrantes durante su viaje.
Es fundamental que los gobiernos de la región trabajen de manera coordinada para implementar políticas migratorias humanitarias y efectivas, que aborden tanto las necesidades inmediatas de los migrantes como las condiciones estructurales que impulsan este fenómeno. Asimismo, se requiere un enfoque integral que promueva la cooperación internacional y el respeto a los derechos humanos de todos los individuos, independientemente de su nacionalidad o estatus migratorio.