La tensión diplomática entre México y Ecuador alcanzó su punto álgido cuando las fuerzas ecuatorianas irrumpieron en la Embajada de México en Quito para arrestar al exvicepresidente Jorge Glas, quien había recibido asilo diplomático por parte del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
El embajador interino mexicano, Roberto Canseco, denunció el asalto y el maltrato sufrido por parte de las autoridades ecuatorianas, lo que desencadenó una serie de acciones por parte del gobierno mexicano.
El asalto a la embajada
La noche del viernes, la Policía Nacional de Ecuador rodeó la Embajada de México en Quito y procedió a arrestar a Jorge Glas, desencadenando un incidente diplomático de gran magnitud. Las fuerzas ecuatorianas ingresaron a la representación diplomática mexicana, a pesar de la inviolabilidad de los locales de una misión diplomática establecida en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
El embajador interino mexicano, Roberto Canseco, denunció que fue golpeado por las autoridades ecuatorianas durante el asalto, resaltando la gravedad de la situación.
Respuesta de México
Ante el asalto a su Embajada y el maltrato sufrido por su personal diplomático, México anunció el rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador. Esta decisión se fundamenta en la flagrante violación de la Convención de Viena y en la necesidad de proteger la integridad y la soberanía de su representación diplomática en el extranjero.
Además, el gobierno mexicano anunció su intención de recurrir a la Corte Internacional de Justicia para denunciar las violaciones al derecho internacional por parte de Ecuador, marcando así un paso importante en la defensa de sus intereses y principios.
El incidente en la Embajada de México en Ecuador durante la captura de Jorge Glas ha dejado al descubierto la fragilidad de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Es imperativo que se respeten los principios y normas del derecho internacional para evitar conflictos de esta índole en el futuro. En este sentido, es crucial que los Estados protejan la inviolabilidad de las misiones diplomáticas y busquen soluciones pacíficas y diplomáticas para resolver disputas y diferencias. Se insta a ambas naciones a buscar vías de diálogo y entendimiento que permitan restaurar la confianza y la cooperación mutua en beneficio de ambas sociedades.