En el sector de La Candelaria en Coro, estado Falcón, se vio ensombrecido por un acto de violencia despiadada el pasado viernes. Radamés Antonio Cordero Colina, conocido como “El Pelon”, fue brutalmente asesinado a tiros en plena luz del día. Este atroz suceso ha sacudido a la comunidad y ha puesto de manifiesto la cruda realidad de la violencia que azota a algunas regiones de nuestro país.
La escena del crimen
El joven Radamés Antonio Cordero Colina se encontraba caminando por una calle de La Candelaria cuando fue interceptado por cinco individuos. Los informes preliminares sugieren que estos individuos habían estado siguiendo sus movimientos.
Ante la amenaza inminente, Cordero intentó huir y buscar refugio en la casa de un vecino cercano. Sin embargo, su intento fue en vano, ya que los sicarios lograron alcanzarlo y dispararle repetidamente, segando así su vida en un acto de crueldad sin sentido.
Respuesta de las autoridades
El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) respondió rápidamente al llamado, acudiendo al lugar del crimen para iniciar las pesquisas correspondientes. El levantamiento del cuerpo de la víctima marcó el comienzo de una investigación destinada a esclarecer los motivos detrás de este brutal asesinato.
Aunque aún no se han revelado todos los detalles, las autoridades señalan hacia la posibilidad de un ajuste de cuentas como el móvil principal detrás de este violento acto.
El trágico destino de Radamés Antonio Cordero Colina, conocido como “El Pelon”, es un recordatorio sombrío de los peligros que acechan en nuestras calles. Su vida fue truncada de manera brutal, dejando a su familia y amigos en un estado de conmoción y dolor insoportable.
Este lamentable suceso pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar de manera efectiva el problema de la violencia y la delincuencia en nuestras comunidades.
Es imperativo que las autoridades redoblen sus esfuerzos en la prevención del crimen y en la persecución de aquellos que perpetran actos de violencia. Además, es fundamental que la sociedad en su conjunto se una en contra de la cultura de la impunidad y la tolerancia hacia la violencia. Solo a través de una acción coordinada y decidida podremos esperar poner fin a esta ola de violencia que ha cobrado demasiadas vidas inocentes.
Debemos comprometernos a construir un futuro donde la paz y la seguridad sean una realidad para todos. Es hora de actuar, de exigir justicia y de trabajar juntos para construir comunidades más seguras y libres de violencia.