La sentencia emitida por la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia confirmó la condena de 21 años y tres meses de cárcel para David Gregorio Zurita, quien fue acusado de asesinar a José Martín García en el año 2017 en Santa Bárbara de Piar, Bolívar y abusar de una niña de seis años.
Los hechos ocurrieron en el fundo Santa Inés, donde Zurita amenazó de muerte a los presentes, obligando a la niña de 6 años a salir de la vivienda, para luego intentar abusar sexualmente de ella.
Intento de abuso y trágico desenlace
En un acto repudiable, David Gregorio Zurita atacó a la niña, quitándole sus prendas íntimas y tratando de abusar de ella.
El abuelo de la pequeña, José Martín García, intervino para protegerla y detener al agresor. Sin embargo, la situación escaló cuando Zurita agredió al abuelo con un machete, provocándole una herida fatal en el cuello que le arrebató la vida.
Juicio y condena
Tras estos lamentables eventos, la Fiscalía 4° de Bolívar solicitó la apertura de un juicio contra David Gregorio Zurita por homicidio calificado con alevosía y abuso sexual de niña con penetración en grado de tentativa.
El juicio tuvo lugar el 28 de marzo de 2022 ante el Tribunal 2° de Juicio de Bolívar, llegando a su conclusión el 8 de noviembre del mismo año, cuando se declaró al acusado culpable y se le impuso una condena de 22 años y tres meses de prisión.
Confirmación de la condena
La Sala Penal del TSJ ratificó la condena impuesta a David Gregorio Zurita, al desechar el recurso de casación presentado por la defensa del acusado. La sentencia refleja la gravedad de los crímenes cometidos por Zurita, quienes afectaron de manera irreversible a la niña y a la familia del abuelo fallecido.
Es imperativo que la sociedad condene de manera contundente estos actos de violencia y abuso, reafirmando nuestro compromiso con la protección de los más vulnerables. La justicia debe actuar con celeridad y contundencia en casos como este, garantizando que los responsables enfrenten las consecuencias de sus acciones. Es fundamental promover la educación y conciencia sobre el respeto a los derechos humanos y la integridad de las personas, especialmente de niños y niñas. Debemos trabajar juntos para prevenir y erradicar la violencia de género y el abuso infantil en nuestra sociedad. La memoria de las víctimas merece justicia y nuestro compromiso por un mundo más seguro y equitativo.