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Economía

Salarios vs. inflación: Experta del IESA propone aumento a más de $200 para mantener el poder adquisitivo

En un contexto de constantes desafíos económicos y sociales, el reciente aumento del salario mínimo integral en Venezuela ha generado interrogantes y preocupaciones entre la población trabajadora. Ante esta situación, Marielena Alvarado, destacada profesora del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa), ofrece un análisis crítico sobre el impacto de esta medida en el poder adquisitivo de los trabajadores y las necesidades económicas del país.

Impacto limitado del aumento

Según Alvarado, el aumento anunciado por el presidente Nicolás Maduro, si bien representa un esfuerzo por mejorar los ingresos de ciertos sectores, no logra abordar de manera efectiva la problemática del poder adquisitivo. Aunque se esperaba un ajuste que beneficiara a los trabajadores del sector privado, el incremento se ha centrado principalmente en el bono de guerra, dejando intactos los salarios del ámbito privado.

Esta situación evidencia la necesidad de implementar políticas salariales más equitativas y sostenibles que realmente impacten positivamente en la calidad de vida de los trabajadores.

El desafío de la inflación

La inflación sostenida que ha afectado a Venezuela en los últimos años ha erosionado significativamente el poder adquisitivo de los trabajadores. Alvarado señala que, desde el año 2022, se ha registrado una pérdida del poder de compra cercana al 50%, lo que ha generado un impacto económico considerable en la vida cotidiana de la población.

Aunque se han registrado ciertas mejoras en el año 2024, el reciente aumento salarial no logra compensar completamente las pérdidas acumuladas, manteniendo una pérdida del poder adquisitivo del trabajador que supera el 60%.

La necesidad de un salario digno

Para Alvarado, es fundamental reconocer la importancia de garantizar un salario mínimo que permita cubrir las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias. Según sus cálculos, un salario mínimo adecuado debería situarse por encima de los 200 dólares mensuales para asegurar un nivel de vida digno y la capacidad de acceder a bienes y servicios esenciales.

Sin embargo, el ajuste actual no alcanza este estándar, lo que pone de manifiesto la urgente necesidad de implementar políticas salariales más justas y equitativas que aborden de manera efectiva la problemática del poder adquisitivo.

En conclusión, el análisis de Marielena Alvarado resalta la importancia de abordar de manera integral y efectiva la problemática del salario mínimo en Venezuela. Para garantizar una calidad de vida digna para los trabajadores y sus familias, es necesario implementar políticas salariales que reflejen las verdaderas necesidades económicas del país y que promuevan la equidad y la justicia social.