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Sucesos

Soldador condenado a 23 años por abuso sexual a dos niñas en Táchira

Un vergonzoso y repudiable acto ha conmocionado a la comunidad de Táchira, donde Germán Alonso López Serrano, de 58 años, ha sido condenado a 23 años y 10 meses de prisión por abusar sexualmente de dos niñas, de ocho y tres años respectivamente.

Denuncia y testimonio impactante

La denuncia fue realizada el 6 de junio de 2022 por la abuela de las víctimas, quien se acercó a la Unidad de Atención a la Víctima (UAV) del Ministerio Público en Táchira para exponer los repugnantes actos de abuso cometidos por el individuo.

Según el testimonio de la denunciante, López Serrano aprovechaba su condición de soldador para quedarse en la vivienda de las niñas, situada lejos de su domicilio, donde perpetraba los actos de abuso.

Revelación dolorosa y acción policial

La cruel verdad salió a la luz cuando la niña mayor confesó lo sucedido durante un juego con amigos, desencadenando una serie de eventos que llevaron a la intervención de las autoridades. La madre de uno de los niños participantes fue informada y decidió comunicarse con la abuela de las niñas para informarle lo ocurrido.

Posteriormente, las evaluaciones forenses confirmaron los abusos sufridos por las menores, lo que motivó a una comisión de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) a realizar la aprehensión de López Serrano en La Fría, municipio García de Hevia.

Condena y reclusión en prisión

Tras ser detenido, el soldador fue puesto a disposición del Ministerio Público y, finalmente, sentenciado a 23 años y 10 meses de prisión. López Serrano cumplirá su condena en el Centro Penitenciario de Occidente, ubicado en Santa Ana del Táchira. La justicia ha sido implacable en este caso, pero el daño ocasionado a las pequeñas víctimas dejará un doloroso legado en sus vidas.

En conclusión, el caso de Germán Alonso López Serrano es un recordatorio contundente de la importancia de proteger a los más vulnerables de la sociedad y de actuar con determinación ante cualquier indicio de abuso o violencia. La condena impuesta al culpable no borra el sufrimiento causado, pero al menos brinda un mínimo de justicia a las niñas afectadas y sus familiares. La lucha contra el abuso infantil debe ser una prioridad en nuestra sociedad, y casos como estos nos recuerdan la urgencia de trabajar juntos para prevenir y erradicar esta grave problemática.