Venezuela podría cerrar el año 2024 con una producción de 100 mil toneladas métricas de camarones, según el economista Asdrúbal Oliveros. Este logro no solo representa un avance significativo para el sector acuícola, sino también una fuente importante de divisas para el país. La industria camaronera en Venezuela ha experimentado un crecimiento notable en las últimas décadas.
Oliveros destaca que el sector ha exportado alrededor del 95% de su producción, convirtiéndose en un pilar fundamental de la economía nacional. Las granjas camaroneras se concentran principalmente en la orilla oriental del Lago de Maracaibo, una región que también es conocida por su producción petrolera. Sin embargo, la coexistencia de estas dos industrias ha generado retos ambientales significativos.
Desafíos medioambientales
El Lago de Maracaibo y el Golfo de Coro han sufrido numerosos derrames de crudo, los cuales han contaminado las aguas y afectado gravemente los ecosistemas marinos. Estos incidentes no solo ponen en peligro las especies autóctonas de crustáceos, sino que también representan una amenaza constante para la industria camaronera. Néstor Pereira, experto en ecología acuática y profesor de la Universidad del Zulia, subraya que la contaminación por petróleo es el principal desafío ambiental que enfrentan los productores de camarones en la región.
Resiliencia ante la crisis económica
A pesar de las dificultades económicas y ambientales, el sector camaronero ha mostrado una notable capacidad de adaptación. Según el director ejecutivo de la Sociedad Venezolana de Acuicultura, Arnaldo Figueredo, Venezuela cuenta con más de 19,000 hectáreas de estanques camaroneros distribuidos en unas 700 explotaciones.
Sin embargo, la mitad de estos estanques no están operativos debido a la crisis económica que afecta al país. Las granjas que han logrado sobrevivir y prosperar pertenecen principalmente a una docena de empresas privadas que han sabido sortear los obstáculos y mantener su producción.
Perspectivas futuras y contribución económica
Oliveros señala que el crecimiento de la industria camaronera no solo es un indicador positivo para el sector acuícola, sino que también podría tener un impacto significativo en el mercado de divisas de Venezuela. La producción de camarones se ha convertido en una fuente crucial de ingresos, especialmente en un contexto económico adverso. La capacidad del sector para exportar la mayor parte de su producción le permite generar divisas que son vitales para la economía nacional.
El potencial de la industria camaronera venezolana para alcanzar una producción de 100 mil toneladas métricas en 2024 refleja tanto su resiliencia como su importancia estratégica para la economía del país. A pesar de los retos ambientales y económicos, este sector ha demostrado una capacidad notable para adaptarse y crecer. La colaboración entre el gobierno y el sector privado, junto con esfuerzos continuos para mitigar los problemas medioambientales, será esencial para asegurar el futuro sostenible de esta industria vital para Venezuela.